Vírgenes, santas y putas
¡El himen! ¡Cuidado con el himen! ¡Es tu dignidad! ¡Es lo único que te da valor! ¡Él puede rehacer su vida pero tu sin tu himen no vales nada! ¡Es tu honor! Suena un poco destartalado el tema. ¿No? Pues imagínense toda una vida escuchando esas advertencias. Imagínense que el "esfuérzate por ser alguien en la vida" se convierta en un "sin tu himen no eres nadie".