La velocidad permitida es una decisión administrativa, política y social, pero muy poco, o nada, científica. Va a ser incrementada justo cuando la recaudación en las autopistas de peaje ha descendido de tal manera que se pone en peligro la supervivencia de las entidades concesionarias.
¿Los radares se colocan para recaudar dinero o para salvar vidas? El factor determinante en la colocación de un radar por parte de la DGT no ha sido, desde luego, el nivel de peligrosidad de un tramo. Sólo hay que echar un vistazo a la ubicación de los radares para corroborarlo.