Cada año en el mundo del Kitesurf existe un momento y un sitio: Brasil, donde el viento constante y la temperatura lo hacen un espacio mágico. Así pues, mi amigo y compañero del equipo BEST Sam Medysky y yo, decidimos viajar hasta allí para grabar un vídeo.
Lajares, un pueblo en el que han quedado atrapados surfistas de medio mundo por la embriaguez de las olas que rompen en la costa norte de la isla de Fuerteventura, es un vecindario de tablas, velas, olor a salitre y restos de arena blanca en el que el mar no existe.