La reforma laboral del PP es el sueño con LSD de esos ricachones que en los tebeos aparecían caracterizados con frac y sombrero de copa envueltos en el humo de enormes habanos y grandes barrigonas adornadas por relojes de cadena de reluciente oro, aunque hoy van al gimnasio a hacer abdominales o a hacer pádel con sus compis, y salen tostados de sus yates.