Mi hermano, como millones de personas desconectadas de la naturaleza, pensaba que la pérdida de una especie era algo que preocupaba a los ecologistas más por la belleza de los animales que por su impacto en el planeta. Pero después de una semana en los santuarios más imponentes de este pedazo de la Sierra Madre Oriental, entendió que, más allá de la belleza de las manchas de un felino en su piel, ese animal representa nuestra propia supervivencia.