En su Hamlet, del Arco parte de un acercamiento cercano a los planteamientos del teatro expresionista. Se oyen ecos de la escenografía de un Kantor y algún guiño de carácter brechtiano que conforman una resolución modernizadora al quizá más clásico dentro de los clásicos.
Si usted es una de las personas afortunadas con una entrada para ver Hamlet, de Shakespeare, con la dramaturgia y dirección de Miguel del Arco en el Teatro de la Comedia, ya le informo que no le defraudará. Del Arco es un hombre de teatro. Es un hombre de acción. Un emprendedor.