Montar a Jorge, del grupo de música Ilegales, en un Seiscientos es exponerte a que te pase cualquier cosa, y es muy fácil que salga alguna anécdota para contar a los amigos en la barra de un bar. Un tío divertido como pocos, que llega y saluda como si nos conociéramos de toda la vida. Se nota que ha venido al mundo a divertirse y a estas alturas de la película nadie le va a enseñar a vivir.