Lo que realmente nos entristece es que, tras cientos de mensajes acerca de nuestra supuesta salud física, aún no haya llegado absolutamente nadie preocupado por la salud mental de nuestras lectoras con sobrepeso. Todos se quedan mirando nuestras barrigas, nuestros pechugones, pero nadie se plantea qué pasa por la cabeza de esa gente que, por más que ha intentando adelgazar, no lo ha conseguido.