
Cuentos de Fukushima: El grupo de ayuda
La forma de mirar allí es pura poesía. En Japón. Nada más y nada menos. Valoran lo bueno. Lo muy bueno. Y lo miran con detalle. Y da igual lo que les cuentes. Lo que quieren saber es cómo lo cuentas. La forma. Esa es la magia de vivir en Japón. Que ya nunca más miras con tus ojos.