A diferencia de lo que sucede con la sanidad o la educación escolar, la sociedad no termina de percibir la universidad como un bien propio amenazado por intereses espurios ni parece dispuesta a movilizarse en su defensa. Por el contrario, la opinión mayoritaria tiende a verla como un lujo innecesario cuando no como un lastre del erario público.
Los desastres naturales ocurren en un dónde, un cómo, un porqué y un cuándo... Lo terrible de este razonamiento es que el ciudadano de a pie no tiene por qué saber quién rige esas preguntas. Información y ordenación del territorio. Dos palabras simples que afectan a muchos intereses económicos; privados, claro.
Del 13 al 16 de julio, como miembro del Parlamento Europeo, participé en la III Conferencia Internacional de Financiación al Desarrollo en Adís Abeba (Etiopía). No sé si calificar de sorprendente que los medios españoles no encontraran hueco para dar a conocer lo que allí nos jugábamos.
La experiencia universitaria que existía en otros tiempos, con tardes largas en las que uno leía cuanto libro caía en sus manos o se iba a la filmoteca o a un conferencia, pasará a la historia si es que no ha pasado ya. La abulia estudiantil será un lujo reservado a unos cuantos que puedan permitirse no trabajar mientras completan los estudios.
Como convencido mutualista, sólo deseo que este llamado crowfunding, cuya regulación comienza ahora en nuestro país, se convierta en la forma imperante de financiar PYMEs y proyectos socio culturales. ¡Mucha suerte!
La euforia no parece ser un estado compartido por todos. En el seno de las pequeñas y medianas empresas la crisis continua y en fase bastante aguda. Según los últimos datos del INE la disolución de empresas aumentó un 12% en noviembre de 2013, frente al mismo período del año anterior.
Los bancos han actuado como cualquiera de nosotros si necesitáramos dinero: acudir a un banco, en este caso el BCE. El funcionamiento es similar al que conocemos para un préstamo hipotecario: el BCE otorga préstamos en función de las garantías que pongan los bancos, que son productos financieros de cierta calidad.