Tsonga le privó del sueño de hacer un buen papel en su casa, en Madrid. Venía de pasar dos rondas. Un hecho poco habitual en los últimos meses para el madrileño Fernando Verdasco, quien vio truncadas sus esperanzas. Lo hizo (3-6) y en el tercero fue un martillo pilón contra un Verdasco impotente, falto de piernas (2-6).