Alguien me dijo hace un tiempo que Nueva York tiene una fecha de caducidad de siete años. No sé si Nueva York, o el extranjero en general, pero parece que hay algo de cierto en eso de que en un momento dado la tierra tira.
A esos padres que tienen unos ahorrillos de 40 o 50.000 euros y están pensando en comprar un apartamento a 50 kilómetros de una gran ciudad, Les diría que convenzan a sus hijos de estudiar uno o dos años en Estados Unidos. Puede ser la inversión de sus vidas
Emigrar al extranjero en este mundo global que nos ha tocado vivir es el equivalente contemporáneo al tránsito de los pueblos a la ciudad que se dio en la España de los 60. Tiene buenas consecuencias para los que emigran así como el propio país.
Los economistas, abogados, filólogos y biólogos que hay por aquí sólo podemos filosofar para hacernos un nuevo mapa mental. Porque nunca imaginamos terminar en Quevedo. No sabíamos qué era la emigración. Ni homologar un título. Ni notariar un documento. Nos buscamos unos a otros, emigrados.