Durante demasiado tiempo se nos ha manipulado para consumir tanto como podamos y que compremos los últimos productos del mercado. Mucha gente ya ha comprendido que esto es un error. No necesitamos todo lo que nos dicta la sociedad. Esta conciencia que tenemos del nuevo consumismo puede desmantelar a cualquier empresa que viva a su costa.
Ni es un privilegio ni un premio. Los niños no deberían tener que ganarse el recreo y no tendrían que quedarse sin recreo como castigo. Es una parte muy importante del desarrollo de un estudiante, y quitárselo tiene el mismo sentido que no enseñarles matemáticas, lengua u ortografía.
El diseño de la escuela actual está pensado para una sociedad que ya no existe. Y además, educamos en el presente para un futuro que no conocemos: estamos preparando a los niños pensando en profesiones de ayer, cuando las de su futuro ni siquiera se han inventado.