Propongo que primero se celebre el Congreso, que se debata el modelo de partido y la capacidad del PSOE de volver a hacer frente a los poderes fácticos, erigiéndose de nuevo en la voz de los que no tienen voz, recuperando su capacidad transformadora, integrando en su proyecto los intereses fragmentados de esta sociedad, y, posteriormente, que afiliados y militantes elijan la Comisión Ejecutiva completa que mejor pueda representar y ejecutar lo acordado por el Congreso.