La fractura entre Pedro Sánchez y Susana Díaz anticipa una dura batalla por el control interno del PSOE. Todos esperan impacientes el resultado del domingo para ajustar cuentas: y la lectura esta vez no se hará por el número de votos, ni por la distancia que les separe del primero, sino por la recuperación o no del poder institucional y por lo territorios donde la marca PSOE pierda la segunda posición.