debates electorales

El debate fallido

El debate fallido

Que me lapiden ya los apóstoles de la nueva política: a mí lo que me gustaba del bipartidismo eran los cara a cara. Muero por ver a la astuta Hillary Clinton lidiar con el energúmeno de Donald Trump, por ejemplo. Un debate a dos puede ser intenso, agrio o aburrido, pero es directo y elemental, como la tele. Un debate entre cuatro candidatos y las triangulaciones que genera puede volverte tarumba en cuanto pierdes mínimamente el hilo.
¿Y si Rajoy fuera Nixon?

¿Y si Rajoy fuera Nixon?

Como Nixon a Kennedy, Rajoy desdeña a Sánchez, desprecia a Rivera y a Iglesias le considera un peligro para la estabilidad de España. Y esta noche en el único debate electoral (a cuatro) de esta campaña, más que del traje, el cabello o el maquillaje, su principal preocupación será salir vivo de la estrategia de "todos contra el PP". Sus asesores le han preparado más de cien fichas para defenderse de las posibles agresiones de sus rivales, si bien pretende huir del juego sucio.
Las claves de la semana: Lo nuevo y lo viejo, añoso todo ya

Las claves de la semana: Lo nuevo y lo viejo, añoso todo ya

Empezó la campaña, si es que ésta alguna vez acabó desde que los españoles votamos allá por el 20 de diciembre. Y aunque no hace un año sino medio que nos pidieron opinión y el multipartidismo se estrenó, lo nuevo y lo viejo parece añoso todo ya. Repasen si no la segunda edición del cara a cara Iglesias-Rivera moderado por Jordi Évole. Que seis meses no es nada, pero parecen una eternidad.