La inacción de Bruselas a la que venimos asistiendo en el último año en el drama que se vive en las costas de Grecia puede tener muchos nombres, claro que sí, pero estoy seguro de que la palabra crimen es la que mejor se ajusta. Crimen contra la humanidad, sí. Para qué andarnos con eufemismos. Dentro de un siglo, entre las pruebas acumuladas para responsabilizar de genocidas a los gobiernos europeos estará, entre las primeras, la medida que Bruselas y Turquía acaba de sacar de la manga.