Los sentimientos religiosos, en muchas personas, calan de manera tan profunda en su cerebro que una posible mofa a sus creencias puede ser percibida como una violación al sentido último de su existencia.
No sabemos qué va a pasar cuando esta cultura nuestra, tan embebida de cristianismo, desaparezca. Y mientras esto sucede nos seguimos preguntando ¿Qué va a llenar el vacío? ¿Qué nos espera? ¿Qué va a nacer?