La mayoría de los que nos dedicamos al vino hemos creado una generación de meneadores de codo que se pasan el día hablando de vino pero que no beben vino, y al final hemos caído todos en el mismo error, nos pasamos el día mirando cómo meneamos el codo y se nos olvida beber, así que ahora tenemos que aguantarnos con la mierda de consumo de vino que tenemos. Esto es lo que hay.