Cuando la gorda juega a la modelo, ¿no está alimentando la misma moral que padece? Porque sigue sosteniendo un lugar determinado del cuerpo de la mujer en el mundo; y porque la negación es siempre una forma de afirmación encubierta. Como las revoluciones que no son más que un cuarto de giro: se reproducen las mismas lógicas, pero de otro color.