La batalla librada en las elecciones italianas ha sido entre democracia y populismo, no le demos más vueltas. A la izquierda, el coraje de Bersani al asumir el reto de encarnar la primera de las opciones con seriedad en el discurso, un verdadero programa de gobierno y unos candidatos elegidos en primarias abiertas. Enfrente se ha encontrado con la demagogia (efectiva, visto lo visto) de Berlusconi y de Beppe Grillo.