El mundo prometió no olvidar. El mundo prometió ser un lugar mejor. Pero hoy, al leer los titulares que hablaban de una bonita ciudad hecha pedazos, al ver cómo los ciudadanos se despedían, supe que el mundo se había olvidado. El mundo ha visto morir a miles de personas y no ha hecho nada para evitarlo.
Considerar el gasto nacional de refugiados como ayuda oficial al desarrollo es absurdo, cínico e irresponsable. No hay por qué elegir entre la acogida de refugiados y la cooperación para el desarrollo. Los recortes en estos tipos de ayuda sólo conseguirán que empeoren las situaciones que provocan la migración involuntaria.
Salta a la vista que estos niños -desde las estudiantes de Chibok hasta los huérfanos desplazados- tienen algo en común: se están perdiendo la infancia, la vida. Se están perdiendo su educación, su casa y su familia. Cada día se ven privados de sus derechos más fundamentales.
Nuestra campaña de concienciación se llama 11 contra el ébola. Estrellas del fútbol como Cristiano Ronaldo, George Davies y Raphaël Varane, transmiten mensajes sobre maneras simples pero eficaces de reducir la transmisión del virus y promover el cuidado de los enfermos.