El atractivo se persigue, y es fuente de mucho sufrimiento. La belleza, en cambio, la tienen todos los habitantes del planeta. No importa si son alto o bajos, gordos o delgados, tímidos o extrovertidos..., todos la tienen. Los feos no existen.
Puede ser que nuestra forma de ser no agrade o no encaje a alguien que estamos conociendo, pero cuanto antes conozca nuestro proyecto de pareja, de vida y nuestra escala de valores, antes dejaremos de perder el tiempo.