Es un buen momento para reflexionar sobre una Atención Primaria cuyo modelo afronta severas amenazas. Su diseño eficiente, su gasto contenido, el alto nivel de preparación de sus profesionales y la solidaridad social que preconiza su diseño siguen siendo valiosos activos. La sobrecarga, la presión asistencial, la disparidad entre comunidades, la precariedad laboral y el maltrato a sus trabajadores, retos profundos.