El presidente de EEUU convirtió su discurso en la inauguración de la cumbre en un alegato a favor de la democracia, sin referirse directamente a la polémica del veto a Cuba, Venezuela y Nicaragua.
La madrileña cree que en América "crece alarmantemente" un movimiento que "dinamita el legado español" y propone "una revisión maniquea de la Historia".
El ministro de Exteriores tiene que pedir disculpas por su "manera excesivamente coloquial" de referirse a la "quasi aniquilación de nativos americanos"