alán barroso

Cinco días de reflexión. Eso es el tiempo que se ha dado el presidente del Gobierno Pedro Sánchez para responder a una pregunta fundamental ¿merece la pena todo esto? Después de reconquistar el PSOE tras su destitución, después de casi 6 años de gobierno, de una moción de censura, de los primeros gobiernos de coalición de nuestra democracia reciente, de una pandemia, de una guerra en Europa, después de esquivar un gobierno de PP con Vox que parecía inevitable y después de haber aplicado tan exitosamente su manual de resistencia frente a todas las adversidades que vinieron. Después de todo eso, algo se ha quebrado y su pregunta es si de verdad todo esto sigue mereciendo la pena.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha reunido a 30.000 personas gritando contra la amnistía del procés en Madrid, a 48 horas de su debate de investidura, abocada al fracaso.

Piden elecciones, se vota, no sale lo que les gusta y vuelven a pedir elecciones. Este es el bucle electoral del Partido Popular (ahora con manifestaciones y Aznar de extra)

La Mesa de Congreso tendrá mayoría progresista de izquierdas al sumar los puestos que ocuparán el PSOE y Sumar que serán cinco, mientras que el PP se quedará con cuatro cargos.

¿Qué ha pasado con las elecciones? Lo primero de todo es que ni Feijóo será presidente del Gobierno ni Abascal vicepresidente. Si estas elecciones han dejado algo claro, es que Partido Popular y VOX no suman suficientes votos para gobernar. Lo segundo es que parece ser que hacer una campaña basada en hablar de ETA, de Bildu y los okupas mientras se grita 'que te vote Txapote' no funciona. Lo tercero es que mientras en toda Europa la extrema derecha no deja de mejorar resultados, en España pierden 19 diputados y se queda lejos de gobernar. Eso si es orgullo nacional. Y lo cuarto es que el bloque progresista aguanta con fuerza y es el único bloque con posibilidades de conformar gobierno. De todas formas, es cierto que Feijóo ha quedado en primera posición, pero no podrá gobernar porque no puede pactar con nadie más que no sea con VOX. Por eso ahora vuelve al discurso de que gobierne la lista más votada. Pero en el sistema político español no gobierna la lista más votada, sino quien consigue sumar y poner de acuerdo a un mayor número de diputados. Y eso no lo dice ni la izquierda, ni Sánchez, ni Sumar. Eso lo dice la Constitución Española de 1978. Así que con los 136 diputados que ha sacado el Partido Popular está muy lejos de poder pedirle a los 153 de PSOE y sumar que le dejen gobernar en minoría. Por lo tanto, el único escenario posible es un nuevo gobierno de Pedro Sánchez o una repetición electoral. Pero Feijoo y Abascal quedan completamente fuera de la ecuación.