27-s
Hasta luego, independencia. Hola, constituyente
La única forma de política que emerge de este laberinto con una propuesta en positivo, una formulación propia y un horizonte de futuro, es el socialismo español y su reforma federal de la Constitución. Federar es unir. Y hacerlo en la Constitución. Reunir y reintegrar los elementos y factores del actual polinomio constitucional catalán dentro de un todo integrador que afirme reglas de juego para la España autonómica y el reconocimiento expreso de sus singularidades.
La Catalunya empoderada
La democracia consiste en permitir que las personas se expresen con libertad sobre los asuntos que les importan. Me preocupa que a los catalanes no les hayan dejado. Cuando la política no da a la gente los mecanismos adecuados para participar, los encuentran. Como hemos visto en esta Catalunya empoderada. Ha llegado el momento de una reforma democrática.
Catalunya y la plurinacionalidad
España sin Catalunya pierde el 18% de su población, el 20% de su PIB y un bagaje cultural de gran valor además de importantes consecuencias geopolíticas. Pero Catalunya sin España puede terminar en una mayor encrucijada. Es decir, asumiendo contingentes, costes arancelarios, fuera del marco de libre circulación de personas, bienes, capitales y servicios, y con la asunción de nuevos gastos en Defensa o en representación para el exterior, nada desdeñables.
España entra en tiempo muerto
Decisivas, históricas y trascendentes, pero todo sigue igual. El 28-S salió el sol y no llegó el Apocalipsis. Cataluña sigue fracturada, más si cabe que nunca, pero nadie moverá ficha. Al final, tendrán razón quienes sostenían que las del 27-S eran unas elecciones menos importantes de lo que parecían porque todo dependerá del resultado que en diciembre vuelvan a arrojar las urnas. Y es que no será éste, sino el próximo Gobierno de España quien ponga en marcha el inevitable proceso de cambio.