Losantos declara la guerra a Vox y sus medios “meapilas”: una semana de puñaladas cruzadas a micro abierto
El locutor de esRadio ha amenazado con sentar en “el banquillo” a Espinosa de los Monteros tras sembrar dudas sobre la “financiación” de la emisora.
Del amor al odio hay un paso y si es en política, a veces, basta con un comentario. Ni Shakira con su “sal-pique” ni ahora Federico Jiménez Losantos con Vox. Todo está roto en la semana de los reproches y en esRadio el dramático divorcio con las filas verdes ya ha quedado completamente registrado ‘on air’.
El polémico protocolo del aborto de Castilla y León abrió la veda y desde entonces el veterano locutor no ha dejado de lanzar bofetadas sin manos a los de Abascal en pleno directo desde su matinal. El primero en ‘llevársela’ fue el vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo (Vox) por la controvertida propuesta.
El periodista, desde su estudio, definió al político como un “mendrugo fanático" que había organizado “un lío morrocotudo por una bobada": "A mí si alguien me dijera que por el latido fetal y la ecografía en 4D subía la natalidad diría que me parece una cosa discutible pero eficaz, pero es que es mentira. Es una ocurrencia electoralista copiada de Hungría por un tío que cristaliza en adoquín", criticó a micro abierto.
Según explicaba Jiménez Losantos, García-Gallardo "está encantado de darse a conocer” porque este tipo de personas “empiezan a salir en la televisión y aunque sea para insultarlos se sienten felices".
Vertida su opinión sobre el asunto que ha copado las portadas y las tertulias de los medios esta semana de enero, Losantos no se conformó y prosiguió su juicio, esta vez aludiendo al mensaje de Navidad del miembro de Vox. "He visto dos veces el discurso de Navidad y es tonto pero de ventanas a la calle”, lanzó. “El feto tendrá latido, pero que haya vida activa en el cerebro del vicepresidente de Castilla y León admite dudas".
La semana acababa de comenzar y el periodista ya había dejado su opinión cristalina sobre la medida, sobre su ‘autor’ y había empezado a abrir fuego también sobre Vox. Sin embargo, este no sería más que el primer ‘round’ de un combate entre viejos amigos.
A gritos con Monasterio y su “voz de hada madrina”
Con el alba del miércoles llegaba el segundo capítulo de la inesperada ruptura ultraderechista. Si bien Jiménez Losantos no había dejado de lanzar píldoras satíricas contra la formación en su programa, la presencia de Rocío Monasterio en la cabina esa mañana terminó de confirmar la tensión y el palpable descontento con las últimas acciones políticas del partido verde.
En esta ocasión, Losantos y su dilata experiencia tomaron la palabra para poner contra las cuerdas a la portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid: ¿Pero por qué creéis algunos que sois los únicos que sabéis lo que es la vida, los únicos que defendéis la vida y que los demás tenemos que acatar sumisamente, con afecto, con simpatía, con devoción, la idea que vosotros tenéis de la vida?”, preguntó el locutor.
Monasterio respondió que no pretendía “imponer a nadie nada”.“Lo que sí pretendo es que no cercenen a las mujeres la información como si fuéramos tontas”, expuso. Rápidamente el presentador le rebatió y comenzó a lanzar cuestiones que la política no pudo llegar a resolver sin echar balones fuera.
“¿Qué problema hay en ofrecer a todas las mujeres embarazadas una ecografía 4D? ¿Por qué tenemos miedo a informar a las mujeres?”, expuso en un determinado momento Rocío Monasterio. Ante esto, un Losantos visiblemente ‘desquiciado’ respondió que “si ya lo has oído (el latido del feto)...Te lo puedes poner de politono en el móvil, si te hace ilusión”.
El cruce de preguntas y respuestas comenzó a ser cada vez más tenso y con un tono de voz más elevado, al menos por parte del conductor. Según Losantos Monasterio intentaba “convencer” con “voz de hada madrina”, sin resultado alguno.
Los medios de derechas contra Vox
En este punto, cuando la conversación -plagada de continuas interrupciones mutuas- versaba sobre un supuesto “miedo” del Partido Popular (PP) a “desterrar las políticas de izquierda”, Monasterio dio un volantazo para enfrascarse en uno de sus argumentos más repetidos: una presunta sumisión del PP ante “la SER y el Grupo Prisa”.
“Si el PP y el señor Sémper quieren funcionar a las órdenes de la SER y de Prisa ese no es nuestro problema (...) No puede ser que medios de izquierdas y medios de no izquierdas se sumen a las tesis de la SER y ataquen a Vox”, lanzó Monasterio.
Sin embargo, este rumbo de la conversación no terminó de gustar al locutor que explicó -en reiteradas ocasiones- que "Ana Rosa lo mismo que yo, que Carlos Herrera o Vicente Vallés somos objeto permanente de ataques de Podemos”. Losantos quiso dejar claro a su invitada que desde Vox no les iban “a dar lecciones” sobre luchar “contra el comunismo” a periodistas y medios que llevan “décadas” haciéndolo públicamente.
Cabe recordar que en esa misma semana denunció el trato que García-Gallardo había dado a Ana Rosa Quintana durante una entrevista en su programa acusándole de “ponerse chulo” e intentar “dar clases” a la presentadora. “Es un trato digno de Podemos (...) Es un joven majaderín que en su puñetera vida ha hecho nada; bueno, algo sí: “ser pasante de algún bufete de provincias”, le insultó a raíz de su intervención en Telecinco.
La evidente falta de entendimiento entre el locutor y la política de Vox rápidamente se hizo viral en las redes sociales y los medios digitales. Jiménez Losantos ya había reconocido abiertamente su desencanto con el grupo de extrema derecha dejando atónitos a los oyentes del que acostumbra ser el azote de la izquierda: "Yo soy votante de Vox y me siento decepcionado", zanjó aquel día.
Tercer ‘round’: Espinosa de los Monteros “al banquillo”
Cuando la tensión parecía haber alcanzado el clímax, el portavoz de Vox en el Congreso de los Diputados, Iván Espinosa de los Monteros, hizo su aparición en escena sin indirectas ni sutilezas. El también marido de Rocío Monasterio quiso terminar la semana de batalla acusando a esRadio y el Grupo Libertad Digital de "tener miedo de que su financiación esté en entredicho".
Ante este ataque Federico Jiménez Losantos no ha tardado en responder. A primera hora de este viernes, desde su emisora, el periodista ha contestado alto y claro al miembro de Vox: “Yo tengo una empresa. Tú serás el primogénito del cuarto marqués de Valterra. Yo soy el primer hijo de un zapatero de Orihuela del Tremedal y me considero muy superior a ti. Es más, soy muy superior a ti porque yo no he tenido nada para empezar. No he tenido ningún medio para llegar a nada y he llegado a más que tú”, arrancaba en su discurso.
“Eso de financiación en entredicho…financiación en entredicho será la tuya, tan en entredicho que estás condenado. Eso es atacar a una empresa privada, concretamente a dos, que precisamente son empresas saneadas”, ha continuado advirtiendo que no va tolerar “difamaciones”.
“O rectificas de inmediato o, por supuesto, vas a los tribunales y al banquillo”, ha amenazado. “Aquí no hay ninguna financiación en entredicho. Nosotros nos financiamos de forma transparente y todos los años presentamos las cuentas ante nuestros socios”, ha sentenciado en directo.
Además, en la misma línea, el locutor ha recordado al político que “nosotros pagamos tu sueldo" y esRadio y Libertad Digital han sido los únicos medios que cuando nadie apoyaba a Vox han dado voz al partido, incluso antes de que estuviese en las instituciones. "Que me insulte un político, si es de izquierdas lo tengo por costumbre, pero uno de derechas, que la existencia de su partido se debe en buena parte a esta casa… Eso no te lo paso".
Precisamente ligando un tema con otro el director de esRadio ha cargado contra los medios en los que, según él mismo, se refugia ahora Vox. Entre ellos ha destacado que la Intereconomía de Julio Ariza es “chiringuito ultra de evangélicos” y una “empresa que ni paga ni indemniza”.”Son cubiles de meapilas que empiezan por engañar a los cristianos y terminan por no pagar a los trabajadores (...) Esos van cerrando y cambiando de nombre para mantener la misma estafa”, ha zanjado.
A falta de conocer cuál será el próximo capítulo y cómo terminará este cruce de navajas mediático entre exaliados, los reproches ya están servidos a pie de micro en uno de los momentos más delicados para la formación.