Así es como se destituyó a dos presidentas en un año
Millones de personas salen a las calles para pedir la destitución de la primera presidenta de la historia del país. Los manifestantes condenan los escándalos de corrupción en los que se han visto envueltas las empresas nacionales más importantes. El principal partido pierde apoyos y la estructura se desestabiliza.
Millones de personas salen a las calles para pedir la destitución de la primera presidenta de la historia del país. Los manifestantes condenan los escándalos de corrupción en los que se han visto envueltas las empresas nacionales más importantes. El principal partido pierde apoyos y la estructura se desestabiliza. El proceso de destitución, el segundo en la corta democracia del país, empaña la figura del mentor político de la presidenta, al que gran parte de la sociedad considera como uno de los mejores líderes que ha tenido el país.
La descripción de arriba puede representar tanto a Brasil como a Corea del Sur este año. Al igual que Dilma Rousseff, Park Geun-hye ha sido destituida. La política coreana está a la espera de su juicio, que tendrá lugar a principios de 2017, mientras que el impopular primer ministro, Hwang Kyo-ahn, ha asumido el cargo de presidente en funciones.
Hay diferencias significativas en los perfiles políticos de las expresidentas: Dilma formó parte del movimiento guerrillero que se enfrentó a la dictadura militar brasileña y Park es la hija del general Park Chung-hee, el dictador que gobernó en Corea del Sur durante casi 20 años.
Park salió elegida en medio de una nostalgia generalizada por el periodo autoritario (época en la que el país vivió un rápido progreso económico). También se benefició de su historia personal: su padre fue asesinado por el jefe del servicio secreto en un intento por acabar con su Gobierno y su madre fue asesinada por simpatizantes de Corea del Norte.
En Brasil, la destitución fue un detalle más de una larga crisis: el deterioro de la economía y el desequilibrio fiscal empañaron el primer mandato de Dilma, las tensas elecciones de 2014 y la Operación Lava Jato que investiga el escándalo de corrupción de la empresa estatal Petrobras. La presidenta fue perdiendo popularidad y los conflictos con sus aliados hicieron que perdiera el apoyo de la mayoría del congreso.
La destitución de Dilma fue justificada por "movimientos fiscales" (movimientos fiscales ilegales para ocultar el volumen de la deuda pública). Los manifestantes mostraron su descontento con los escándalos de corrupción y con la política económica de Dilma.
En Corea del Sur, las peticiones de destitución de Park empezaron a raíz de la amistad que mantenía con la empresaria Choi Soon-sil y a raíz de la influencia que Soon-sil tenía en las decisiones presidenciales. Los periódicos coreanos insinuaban que el país se parecía más al Imperio Ruso que a la imagen de un Estado moderno e internacional que intenta transmitir Corea del Sur.
El padre de Choi Soon-sil fue líder de la sectaria Iglesia de la Vida Eterna, que combina elementos del cristianismo, del budismo y de rituales chamánicos. Después del asesinato de la mujer del general Park, se volvió mucho más conservador y se dirigió a la familia Choi para recibir consejo espiritual. Después de la muerte del dictador, la influencia que la familia Choi tenía sobre la joven Park Geun-hye fue a más. A medida que ganaba poder, esta influencia generaba una red de favores y de negocios sospechosos.
En 2016, la prensa tuvo acceso a una tablet en la que había guardadas conversaciones entre Park y Choi y se descubrió que Choi tenía acceso a los documentos oficiales clasificados y que controlaba varios aspectos de la presidenta: los discursos, el atuendo y los eventos a los que acudía.
La idea de que Park era la marioneta de una secta empezó a popularizarse en todo el país.
Las investigaciones llevadas a cabo demostraron que Park y Choi tenían contactos en empresas que seguían el modelo chaebol (este modelo está basado en grandes conglomerados empresariales que tienen presencia en distintos negocios económicos). Los presidentes de empresas como Samsung, LG, Hyundai y Lotte comparecieron en el parlamento y desvelaron una trama de acuerdos corruptos que organizaron la presidenta y su amiga. Por ejemplo, la hija de Choi utilizó el poder político de su familia para graduarse en una de las universidades más prestigiosas del país a pesar de haber asistido a menos de la mitad de las clases obligatorias y sin haber realizado los exámenes necesarios.
Entre la extrema polarización y el agitado debate, muchos brasileños contrarios a la presidencia Dilma Rousseff dirigieron insultos sexistas a la presidenta. No puede decirse que las cuestiones de género hayan sido importantes en su destitución, pero está claro que tuvieron protagonismo durante las protestas, a diferencia de lo que ocurrió en la destitución de Fernando Collor, por ejemplo.
Teniendo en cuenta que el patriarcado sigue siendo habitual en Corea, las cuestiones de género también aparecieron durante las protestas. Muchas personas calificaron a Park como "una princesa desconectada de la realidad" y consideraron inmoral el hecho de que estuviera soltera. Sin embargo, los grupos feministas coreanos han recalcado que el rechazo a Park no se debe a que sea mujer, sino a sus decisiones políticas.
Las presidentas reaccionaron de formas muy distintas a sus respectivas destituciones. Dilma la calificó de golpe de Estado y todavía tiene muchos simpatizantes. En cambio, Park pidió perdón, reconoció parte de las acusaciones y aceptó la decisión del parlamento coreano.
La destitución de Dilma no resolvió la crisis política brasileña: actualmente está en juego el sistema de partidos que lleva vigente desde la redemocratización de Brasil.
Los continuos escándalos de corrupción, los intentos por parte de los diputados de proteger a los políticos implicados y el empeoramiento de la recesión preocupan mucho a la población brasileña. Además, el presidente Temer ha propuesto medidas polémicas, como congelar los gastos públicos durante 20 años y volver a reformar la seguridad social.
Las elecciones municipales de este año -las primeras después de la destitución- perjudicaron enormemente al Partido de los Trabajadores, que sufrió un batacazo en las grandes ciudades. Además, algunos partidos más pequeños tuvieron éxito en las capitales y el Partido del Movimiento Democrático Brasileño también obtuvo resultados adversos. Todos estos hechos indican que existe un periodo de inestabilidad intensa que probablemente dure hasta las siguientes elecciones presidenciales.
Aunque todavía es demasiado pronto para sacar conclusiones sólidas de la política surcoreana, sus ciudadanos están satisfechos, al contrario de lo que ocurre en Brasil, donde hay una oposición importante a la destitución de Rousseff.
El partido Saenuri (el partido conservador coreano) ha perdido el apoyo popular y el DPK (el partido demócrata) ha ganado popularidad y probablemente gane las elecciones de 2017. El debate que actualmente hay en Corea del Sur trata sobre la relación entre los sectores públicos y privados, una relación que se remonta al periodo militar. ¿Cómo pueden cambiar estas estructuras?
Este post fue publicado originalmente en la edición brasileña de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros.