¿Y tú qué miras?
¿Qué pretendo con este libro? Que ustedes sepan más cosas sobre la tele por dentro. Si saben más cosas, si conocen el cartón-piedra de la tele, serán más sabios. Si son más sabios serán menos fáciles de engañar, tendrán más criterio, pensarán mejor y más. También pretendo que se rían.
El libro, mi libro ¿Y tú qué miras? La tele que no vemos, ya está en la calle. Mis padres están leyéndolo. Cada uno con su ejemplar, van desasosegándose por momentos. Lo noto. Ayer me dijeron que estaban preocupados, por si alguien iba a por mí y me hacía algo. "Hija mía, es que no te callas nada. Y qué barbaridad todo", dice mi madre con una mezcla de resignación y orgullo. En mi primer libro, ¡Mírame, tonto! su miedo era otro: temía que me metieran en la cárcel. Así que se puede decir que vamos mejorando. Eso sí, yo creo que mi familia, mis padres, mi hermano, mis sobrinos, mi hija (menos mi marido, que YA SABE DE QUÉ VA TODO), todos en general eran más felices antes de que yo les diera la brasa con lo de destripar la tele. La veían y no se planteaban nunca, ¿esto será verdad? ¿será en directo? ¿estará pactado? En fin. Es lo que hay...
Esto me vale para hablar del temor a contar, a quedarte sin curro, a desvelar trampas, que es algo humano, natural y lógico del todo.
Hace poco, un productor de televisión, de esos que hacen mierda pura, se refirió a mí, hablando con un colega, como "la loca esa que escribe de tele". También dijo que si hablara con él, (lo solicité para escribir este libro) se desmontaría todo lo que suelo contar. Pero luego apuntó que "lo tenía prohibido". Sí, yo también pensé que era una contradicción.
Lo que él no sabe, o quizá sí, es cuánta gente de su confianza, cuántos de sus empleados están hastiados, abotargados, estomagados y encuentran cierta paz hablando con esta loca y desvelando trampas. Esto me vale para hablar del temor a contar y a quedarte sin curro, que es algo humano, natural y lógico del todo. El temor a rebelarte ante las órdenes que sabes que NO. Ante las mentiras que estás obligado a decir si quieres seguir estando. Ante las pequeñas y grandes tropelías que vas cometiendo.
Así que cuando una periodista loca llama a la gente que tiene miedo para que le cuente, la gente suelta un respingo, se repliega y dice no. Luego a veces, tras un pésimo día, te llaman y te dicen que vale, pero que su nombre no puede salir, que pese al hartazgo quiere continuar trabajando ahí, que es lo único que sabe hacer...
Las conversaciones son duras, tensas al principio y pese a que tú le animas, le cuentas tu propia experiencia, lo gratificante que resulta (a la larga sobre todo) decir NO cuando quieres decir NO, el confidente tiembla un poco.
Luego a veces todo fluye. Y a veces, días después te escribe para puntualizar, para volverte a pedir anonimato... Aprovecho esta tribuna para reiterar que jamás he inclumplido mi palabra en ese sentido. Y es algo de lo que me siento muy orgullosa.
Voy a centrarme, va, que lo que me ha pedido la directora del Huff (por cierto, me encantaría verla de nuevo en la tele, en un formato a su altura) es un post sobre mi libro.
¿Por qué lo he escrito? Por una razón fundamental: hace años que decidí que observar la tele y contarla, aprovechar mi bagaje, mis contactos y a mis colegas televisivos para narrarla, iba a ser mi mayor contribución al periodismo y a mejorar un poco el mundo. Zas, toma declaración de principios.
¿Qué pretendo con este libro? Que ustedes sepan más cosas sobre la tele por dentro. Si saben más cosas, si conocen el cartón-piedra de la tele, serán más sabios. Si son más sabios serán menos fáciles de engañar, tendrán más criterio, pensarán mejor y más. También pretendo que se rían y que, de pronto, se les congele la sonrisa. Que aprendan a usar la tele, que es mágica si se usa bien, como reza mi Twitter.
¿Qué no pretendo? Reñirles por lo que ven en la tele, aunque lo que ven sea bazofia que va a ensuciarles la mirada y un poquito el alma. Je, je... No pretendo tampoco que cuando, desparramados en el sofá tras dinamitar la media de consumo televisivo por persona, y después de NO haber visto nada en realidad, tras un frenético y tonto zapeo, se vayan a la cama sintiéndose gusanos.
¿Qué cuento en el libro? Todo, o buena parte, de lo que ustedes no saben de la tele. Y que deberían saber para sentarse frente a ella, para leer las informaciones sobre tele y para no volver a decir alegremente, y sin conocimiento de causa 10 frases como:
1. Sí, será una mierda, pero es que la gente lo ve...
2. Las series españolas son malas... No tenemos talento.
3. Intereconomía es de derechas y La Sexta de izquierdas. Todos tienen su ideología.
4. TVE siempre ha estado manipulada.
5. Todo lo que se cuenta en la tele es mentira, ya lo sé.
6. La TDT es un bluf.
7. ¿Pero cómo pueden ir a la tele a hacer el ridículo así?
8. ¿Pero cómo pueden aguantar eso por dinero?
9. Las autonómicas no sirven para nada.
10. Mercedes Milá es una buena periodista.
Que no digo que no sean ciertas, ¿eh? Solo digo que después de leer el libro podrán argumentarlas, contextualizarlas y convertirse en los reyes de la tertulia familiar en un plis plas.
Y para acabar, les dejo tres perlas televisivas de las muchas que incluyo en el libro. Y no se quejen, que yo, además, las vi en directo:
Feliz lectura a todos.