¿Quién quiere que las abejas desaparezcan de Europa?
El futuro de las abejas está en la mesa de debate de los representantes de los Gobiernos de la UE durante este jueves y viernes. Arias Cañete aún está deshojando la margarita. No debería ser muy complicada esta decisión para el ministro ya que España tiene el mayor número de colmenas de la UE y es líder en la producción de miel y polen.
El futuro de las abejas está en la mesa de debate de los representantes de los Gobiernos de la UE durante este jueves y viernes. Deben decidir sobre la propuesta de prohibición parcial, presentada por la Comisión Europea, de tres insecticidas que afectan a la supervivencia de las abejas. Y Arias Cañete aún está deshojando la margarita, esperemos que polinizada por las abejas, con permiso de los neonicotinoides. No debería ser muy complicada esta decisión para el ministro ya que España tiene el mayor número de colmenas de la Unión Europea y es líder en la producción de miel y polen.
El pasado martes Greenpeace, Ecologistas en Acción, WWF, SEO Birdlife y Amigos de la Tierra se reunieron con el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Arias Cañete, y le entregaron una carta firmada por 72 entidades pidiendo al ministro que apoye la propuesta de la Comisión. Fue en este encuentro donde el ministro informó que aún no estaba fijada la posición de España para la votación.
La decisión que ha de tomarse a lo largo del día de este viernes es transcendental. El papel de las abejas en la polinización es vital para la seguridad alimentaria y para la biodiversidad. Sólo en Europa el 84% de los cultivos y el 80% de las flores silvestres dependen de insectos como las abejas. El valor de la polinización es incuestionable, solo para la agricultura europea se estima en unos 22 mil millones de euro anuales y a nivel mundial de unos 153 mil millones de euros.
La Comisión Europea propuso en enero la prohibición de imidacloprid, clotianidina y tiametoxam, sustancias altamente tóxicas para las abejas y producidas mayoritariamente por Syngenta y Bayer, tras la publicación de una serie de inquietantes estudios sobre los efectos negativos de los neonicotinoides en las abejas. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y la Agencia Europea del Medio Ambiente han emitido informes apoyando una acción drástica. Y el ministro Arias Cañete, que anda siempre diciendo que hay que ir con la ciencia por delante, debería ser coherente y apoyar la propuesta de la Comisión Europea. No hay tiempo para seguir dudando.
La industria agroquímica ha asegurado que los neonicotinoides son fundamentales para evitar la pérdida de cosechas, y que su prohibición supondría una catástrofe. Sin embargo, estas afirmaciones son infundadas. Los responsables políticos no deben ceder a la presión de compañías como Bayer y Syngenta. Estas compañías hablan de pérdidas millonarias y pérdidas de puestos de trabajo. Nos dicen que se perderían 17.000 millones en cinco años y 50.000 puestos de trabajo en toda Europa.
Sin embargo, Italia, Francia, Alemania y Eslovenia ya han puesto en marcha prohibiciones parciales de los neonicotinoides y los agricultores no han manifestado pérdidas. Es más, en Italia estudios oficiales, como Effects of coated maize seed on honey bees , han mostrado que no ha habido disminución en las cosechas de campos que no han sido tratados comparativamente a campos tratados, que no han sido testigos de un daño económico para los agricultores debido a las plagas y las pérdidas de colonias de abejas han disminuido entre un 15% y un 50%. Además, la mayoría de los agricultores depende de la polinización, el 84% de los cultivos en Europa.
Apicultores y ecologistas han creado una Red Para la Prohibición de los Plaguicidas Neurotóxicos uniendo sus fuerzas para exigir al Gobierno español y a la Comisión Europea que protejan las abejas. Estamos a tiempo, #SalvemoslasAbejas.