Susana Díaz, la política decente frente al caos
Hace tiempo que decidí no escribir sobre cuestiones de coyuntura política en general o de política partidista en particular. Pero creo que es de justicia reconocer el trabajo de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en materia de defensa de las libertades públicas, de la educación, de la sanidad; en definitiva, es de justicia reconocer su defensa a ultranza del bienestar social.
Pasado el ecuador de la campaña de las elecciones andaluzas, Susana y el PSOE andaluz se perfilan, una vez más, como los únicos garantes de la estabilidad en Andalucía; preocupados por los problemas reales de la ciudadanía, los socialistas andaluces apuestan por seguir implementando el proyecto de justicia social que garantiza a Andalucía progreso y la estabilidad.
Cabe recordar en este punto que Andalucía no es la primera vuelta de nada. Andalucía tiene carácter propio, idiosincrasia y merece más respeto por parte de los partidos políticos españoles. Ciudadanos, PP y Podemos han convertido Andalucía en un laboratorio, en un campo de experimentos de la política nacional, evidenciando así su falta de proyecto para esta tierra. Ciudadanos, PP y Podemos defienden un proyecto político para Andalucía basado en el bloqueo de las instituciones; el PSOE andaluz y Susana Díaz defienden un proyecto político basado en una mayoría social amplia pactada con los andaluces y andaluzas.
Por ejemplo, los universitarios andaluces saben bien que las políticas educativas de la Junta les han permitido estudiar sin preocuparse por si sus padres tienen o no tienen dinero, no teniendo así que renunciar a la Educación Superior de calidad. Y es que las derechas nunca han entendido que la igualdad de oportunidades en educación es garantía de salud democrática. La derecha nunca ha tenido problemas en llevar a sus hijos a la universidad, por eso es incapaz de salir de esa posición elitista que le lleva a afirmar que "matrículas gratis solo para los que aprueben todo". Porque sus hijos aprueben o no aprueben, seguirán yendo a la universidad. Y esa es, precisamente, la realidad que ha roto de raíz Susana Díaz y el PSOE andaluz, que ha sido radical en la implementación efectiva de la justicia social en materia educativa.
Cabe también destacar que Andalucía se ha convertido en referente europeo en defensa de los derechos de las personas LGTBI, incluyendo a las familias homoparentales en su ley, apostando marcadamente por el avance en materia de transexualidad y creando la Coordinación de Políticas LGTBI en la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales, con Francisco Javier López al frente. Andalucía se ha convertido así en la región española más avanzada de España en defensa del colectivo LGTBI, y en un referente en toda Europa.
Podría seguir enumerando los avances conseguidos en esta legislatura en Andalucía, y lo mucho que queda por conseguir. Pero querría ir un poco más allá; me gustaría hacer justicia con una mujer decente, con una política progresista comprometida con la ciudadanía como lo es Susana Díaz. Una mujer afectuosa hasta el límite, cercana y cariñosa. Siempre con una palabra de aliento, siempre preocupada por los que la rodean. Siempre dispuesta a echar una mano, aunque la derecha y los populismos no toleren su compromiso con Andalucía.
El PSOE andaluz debe seguir ofreciendo progreso a Andalucía, a pesar de que PP y Ciudadanos a la gresca, y Podemos, con Teresa Rodríguez al frente preocupada por los dragones, hayan apostado por el caos y el bloqueo en la política andaluza. La única opción sólida, la única opción que ofrece estabilidad es la del PSOE de Andalucía. Es de ley alzar la voz cuando hay personas decentes al frente de los gobiernos autonómicos o nacionales, y agradecerles la contribución al progreso social; por eso defiendo el proyecto del PSOE andaluz, por eso apuesto por Susana Díaz para seguir al frente de la Junta de Andalucía, porque la conozco, porque sé de su decencia, porque sé que con ella al frente, Andalucía seguirá caminando hacia lo mejor de sí misma. Y también por esto he decidido escribir esta tribuna, porque ser equidistante con políticos y proyectos decentes es contribuir al descrédito de la política misma. Y no es tiempo para equidistancias.