Errores psicológicos: ¿qué es vivir el presente?

Foto: Jordan McQueen

Hay muchos libros y artículos en los que se equipara vivir el presente con desinhibirse o dejarse llevar por los impulsos del momento. En muchos otros se habla de ello de tal modo que parece que vivir el presente sea equivalente a ser feliz. En otros se dan técnicas para permanecer en el ahora. Consejos ineficaces o parciales, puesto que no alcanzan la causa que impide que la mente esté en el presente, el único tiempo real que existe.

¿Y cómo es que está usted fuera del presente?

Es porque la mente está agitada, condicionada, ocupada por pensamientos, en su mayoría involuntarios o automáticos. Estos pensamientos suelen centrase en lo que va a ocurrir o puede ocurrir en el futuro. En lo que ocurrió o pudo ocurrir en el pasado. En compararse con otros... Otras muchas veces, vagando de una cosa a otra sin aparente orden ni concierto.

Pero la forma de que su pensamiento le deje estar en el presente no es, obviamente, pensando en que 'debe o quiere estar en el presente', pues eso no pasará de ser un buen propósito. Propósito que será arrastrado por la corriente de su pensamiento, un deseo que apenas tendrá efecto más allá de unos minutos.

Estar en el presente es estar atento a lo que ocurre

Es necesario ser capaz de prestar atención a lo que ocurre. Y para ser capaz de prestar atención, es necesario que el pensamiento esté en silencio (compruébelo escuchando con atención los diferentes sonidos y ruidos que en este momento haya a su alrededor).

Por tanto, estar en el presente requiere que el pensamiento se acalle. Y es ahí donde surgen otras ideas erróneas sobre como acallar el pensamiento. Por ejemplo, concentrarse en algo (sea la respiración, un punto fijo en el horizonte, una imagen mental...). Con esta técnica se puede lograr prestar atención a ese "algo" elegido, pero poco más. Intente observar el flujo de su pensamiento por un buen rato, verá lo fácil que es que se olvide de prestarle atención, que se distraiga con cualquier pensamiento.

De qué sirve entonces estar en el presente

Lo que agita el pensamiento, ese devenir constante, en muchas ocasiones fuera de la voluntad de la persona, son los conflictos psicológicos sin resolver (temores, heridas psicológicas, miedo al futuro, a la soledad, al menosprecio, a sufrir, a la muerte...). Todo aquello que no ha sido comprendido y, por tanto, que no ha sido resuelto.

Un ejemplo. Propóngase estar sin hacer nada a solas durante diez minutos. Absolutamente nada. Sin distracciones, sin mirar el móvil, ni tomar café, sin música... Ni tan siquiera pensar voluntariamente en algo. ¿Qué ocurre? Ese malestar o aburrimiento, esa intranquilidad o prisa, ese pensamiento que le empuja a hacer algo, son el efecto de los conflictos psicológicos sin resolver, que le impiden estar tranquilo, en silencio. Le impiden ir más allá de su pensamiento y profundizar en sí mismo.

Ser consciente del presente es una herramienta que da la oportunidad de entender mejor la realidad, y aprender a resolver esos conflictos. Tratar de estar en el presente, y al mismo tiempo escapar del malestar es imposible. Hay que aprender a resolverlo.

Una analogía. Estar en el presente sería como aprender a nadar. Huyendo del agua porque le tiene miedo le resultará imposible. Enfrentar el miedo al agua es necesario, pero no suficiente, para aprender a nadar. Tiene que meterse al agua y experimentar hasta que aprenda. Después puede incluso aprender a bucear.

El objetivo no es, por tanto, estar en el presente para estar bien. El objetivo debe ser descubrir y resolver aquello que les impide permanecer en el presente. Comprender la realidad es lo que les llevará a estar cada vez mejor, y afrontar los retos de la vida con mayor serenidad y sabiduría. Y les permitirá estar en el presente sin esfuerzo.