España-Portugal: La visión del mercado de una semifinal agónica
Los apostantes creen que España es "mejor", ya que tendría una probabilidad de ser campeona del 61,3% frente a tan solo un 38,7% para Italia.
Como en los posts anteriores (aquí y aquí), en este post pretendemos dar una lectura de un partido resumiendo la evolución de las opiniones de los que apuestan a lo largo de todo el partido. En este caso tratamos la semifinal entre España y Portugal.
Como en los posts anteriores deducimos las probabilidades de los distintos resultados, usando los datos de las apuestas de Betfair, una plataforma de intercambio de apuestas en la que cada cual puede comprar o vender apuestas deportivas. (Quien quiera más detalles sobre las razones por las que creemos que tiene sentido mirar a estos datos, debería consultar el primer post.)
Antes de que empezara la semifinal del miércoles, el mercado daba como favorita a España con una probabilidad de pasar a la final del 68%.
En el gráfico 1 reproducimos las evolución a lo largo de los 90 minutos del partido de las probabilidades de cada uno de los tres resultados posibles (victoria para España, empate, victoria para Portugal). Como es obvio la probabilidad de empate aumenta a medida que transcurre el partido sin goles. Se ve también que España mantiene una considerable ventaja con respecto a Portugal de resolver el partido en los 90 minutos.
En el gráfico 2 reproducimos en cambio la probabilidad de España pase a la final (sea de la forma que sea, ganando en 90 minutos, ganando en la prórroga o en los penaltis).
Al principio del encuentro esta probabilidad es de casi el 70%, pero baja progresivamente a lo largo del partido hasta situarse en un 55% al final de la prórroga. Esto probablemente refleja el hecho que se hace cada vez más probable de una tanda de penaltis en la que la ventaja de España sería menor.
Probablemente merece la pena destacar el hecho que la convergencia a la menor probabilidad de clasificación que supondría llegar a una tanda de penaltis, se produce de manera muy repentina al final de la prórroga. Esto quiere decir, probablemente, que los apostantes seguían otorgando una ventaja a España a lo largo de la prórroga, por corta que fuera.
El gráfico 3 reproduce la agonía de los espectadores a lo largo de la tanda de penaltis.
Antes de que se produzca el sorteo sobre quién tira primero, los apostantes otorgan una probabilidad del 55% de que España se clasifique, una pequeña ventaja probablemente debida a "San Iker".
Sucesivamente el sorteo establece que España tirará el primer penalti. Es interesante notar que José Apesteguía de la Universitat Pompeu Fabra e Ignacio Palacios-Huertas de la London School of Economics han documentado que existe una ventaja psicológica para el equipo que lanza primero que, en promedio tiene una probabilidad de ganar la tanda de penaltis de un 60%. Si así fuera en este caso, se debería observar un incremento en la probabilidad de clasificarse de España, justo después del sorteo. Pero esto no ocurre. Esto puede ser porque los apostantes creen que, si bien los factores psicológicos son importantes en promedio, no lo son en el caso de los dos equipos en cuestión. Pero también podría ser que los apostantes ignoran los hallazgos de José Apesteguía y Ignacio Palacios-Huertas y de esta forma pierden una oportunidad de ganar dinero.
El resto del gráfico se comenta solo. Después del fallo de Bruno Alves la probabilidad de España de clasificarse es del 90%. La realización de Cesc Fabregas, cierra la semifinal y el mercado de apuestas.
España va a la final donde se enfrentará a Italia. En la actualidad las apuestas sugieren que para España-Italia será un rival menos cómodo que Portugal. Aún así los apostantes creen que España es "mejor", ya que tendría una probabilidad de ser campeona del 61,3% frente a tan solo un 38,7% para Italia. Si creen que el mercado se equivoca tienen una ocasión estupenda para ganar dinero. O para perderlo y aprender de una manera muy directa que predecir resultados a toro pasado es mucho más fácil que hacerlo antes de que pase.
Que gane el "mejor". O el "peor". En esto no estamos de acuerdo.
(Nota de los autores: Queremos agradecer la extraordinaria ayuda de Víctor Rodríguez y Manuel García de FEDEA en el tratamiento de los datos.)
