La salud de los ciudadanos, antes que los 'lobbies' industriales
Muy pronto, el 80 % de la población europea vivirá en áreas urbanas. Nuestra vida cotidiana está afectada por episodios de alta contaminación que dan lugar a serios problemas de salud, causados en gran medida por las emisiones de los vehículos. Por este motivo, asumimos un firme compromiso en la COP21 celebrada en París con el objetivo de reducir el nivel de contaminación en nuestros pueblos y ciudades.
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Foto: EFE
Los alcaldes de las grandes ciudades de Europa tenemos el deber de proteger la salud de nuestros ciudadanos, así como la obligación de garantizarles un entorno saludable y una buena calidad de vida.
Muy pronto, el 80 % de la población europea vivirá en áreas urbanas. Nuestra vida cotidiana está afectada por episodios de alta contaminación que dan lugar a serios problemas de salud, causados en gran medida por las emisiones de los vehículos. Por este motivo, asumimos un firme compromiso en la COP21 celebrada en París con el objetivo de reducir el nivel de contaminación en nuestros pueblos y ciudades.
Para mantener este fuerte compromiso con los hombres y mujeres que nos eligieron, es imprescindible que contemos con normativas europeas ambiciosas y valientes.
Necesitamos normas justas que se apliquen a todas las empresas europeas, especialmente a las del sector de la automoción. Recordemos que la OMS ha puesto de manifiesto que las emisiones de los vehículos son las responsables de 75 000 muertes prematuras en Europa cada año.
En octubre de 2015, un comité técnico integrado por expertos de los Estados Miembros decidió autorizar a los fabricantes de vehículos que sobrepasaran los límites de emisiones establecidos por la legislación de la UE. La aplicación de esta decisión supondría que sería legal que los turismos diésel sobrepasaran los umbrales de emisión de óxidos de nitrógeno (NOx) en un 110 %. Lamentablemente, en febrero de 2016, el Parlamento Europeo decidió apoyar esta política, lo que supone una amenaza para los habitantes de nuestras ciudades.
Si se aplica esta decisión, la calidad del aire de nuestros pueblos y ciudades no cumplirá con las normas de la UE.
¿Cómo podemos proteger la salud de nuestros conciudadanos si la Unión Europea aprueba una decisión que permite medidas que aumentan la contaminación a costa de la salud pública? ¿Qué podemos decir a los padres cuyos hijos están sufriendo enfermedades respiratorias graves, a las personas mayores o a los más vulnerables? ¿Deberíamos advertirles sobre que su gobierno ha priorizado la salud de la industria de la automoción sobre la suya?
Creemos que esta decisión es injusta y equivocada. La introducción de unos umbrales de emisión para permitir que sean violados es inaceptable. No se puede permitir que se imponga a las autoridades públicas la obligación de cumplir con las normas de contaminación y que al mismo tiempo el sector de la automoción, tenga luz verde para infringirlas.
El 70 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero se producen en las ciudades. La aplicación exitosa del Acuerdo de París, en el que se expuso este punto, depende en gran medida de la actuación de las ciudades.
Los alcaldes estamos preparados para asumir esta responsabilidad. Desde 2009, las ciudades de la red C40 han adoptado más de 10.000 medidas climáticas. Ahora necesitamos el apoyo de los líderes políticos de todos los ámbitos. Por eso, hacemos un llamamiento a los gobiernos de toda Europa para que utilicen todos los medios políticos y jurídicos que estén a su alcance para asegurar que las normas de contaminación del aire se apliquen de manera coherente en todos los sectores de la industria. La salud de nuestros ciudadanos depende de ello.