El 'Libro de las bestias'
A estas alturas del verano seguimos sin saber cómo será la nueva prueba de selectividad. Aún peor, en la Comunidad Valenciana hay centros que están montando el próximo curso a ciegas porque la Consellería todavía no ha sacado la legislación definitiva de algunos grupos especiales que la LOMCE permite formar. Eso, junto con otras decisiones que se han ido tomando a lo largo del curso me lleva a pensar en cierta animadversión hacia una parte de la comunidad educativa.
Hasta el próximo mes de noviembre se celebra el Año Ramon Llull, escritor, filósofo, profesor, misionero y algunas cosas más. No sé hasta qué punto es conocido fuera de la Comunidad Valenciana, Cataluña y las Islas Baleares, pero con la situación política que estamos viviendo desde hace tiempo cada vez se hace más necesario leer, al menos, una de sus obras: el "Libro de las bestias".
La historia parte con la necesidad de elegir un rey para los animales que se dividen en dos grandes bloques: los carnívoros y los herbívoros. Desde el principio un representante de cada grupo intenta exponer sus argumentos para convencer al resto y salir vencedor. ¿Nos suena?
Además, en sus páginas encontraremos a Na Renard, una zorra astuta que tramará mil y una para conseguir su objetivo: el poder. Llega a ser la mano derecha del que, finalmente, consigue la victoria, el león, y va ideando enredos, traiciones, mentiras y abusos. Nada parece poder detenerla.
Rauda y letal, no duda en acusar si se siente amenazada. El rey cada vez confía más en ella y acepta sus consejos sin pensar en la veracidad de lo que le cuenta o en las consecuencias. Así, si se ve desafiada por la serpiente, rápidamente inventa un relato en el que el reptil es mezquino y aprovechado. Entonces, éste, para defenderse, hará lo mismo y relatará una situación en la que una garza vieja y medio ciega se valga de mentiras para poder comer. De esta manera, las metáforas, llenas de mensajes y avisos, se entrelazan al igual que las historias que se cuentan. Moraleja final: avisar a quienes ostentan la autoridad de los peligros que se ciernen sobre ellos y criticar el abuso de poder.
No voy a desvelar el final por si hay alguien interesado. Sólo quiero quedarme con la sensación de desazón que vivimos ante nuestra clase política, incapaz de llegar a acuerdos, acercándose a quien más les interesa para alcanzar un asiento en el Congreso o un cargo en el próximo gobierno (si es que se llega a formar, claro). Y mientras, un asunto tan importante como el de la educación pendiente de revisión.
A estas alturas del verano seguimos sin saber cómo será la nueva prueba de selectividad. Aún peor, en la Comunidad Valenciana hay centros que están montando el próximo curso a ciegas porque la Consellería todavía no ha sacado la legislación definitiva de algunos grupos especiales que la LOMCE permite formar y que sustituyen al antiguo Programa de Diversificación Curricular. No es ninguna tontería. Mover a profesores supone todo un puzzle que puede afectar a casi todo el claustro. Eso, junto con otras decisiones que se han ido tomando a lo largo del curso (como la elección de centro) me lleva a pensar en cierta animadversión hacia una parte de la comunidad educativa.
Es una pena que los que han tomado las riendas de este ámbito se hayan decidido por el enfrentamiento entre sectores (público y privado), por el intento de acabar con una labor responsable y comprometida. Por no hablar del monumental enredo que han montado con una buena idea que desde el principio ha estado mal regulada: la xarxa de llibres (red de libros); un entramado que pretende conseguir el coste cero de los libros de texto a base de la organización (también a ciegas) y del trabajo de los equipos directivos, los docentes y las familias. A más de una madre he visto acudir al colegio de sus hijos con un carrito para sólo poder recoger uno o dos libros. Que se lo pregunten a los que cursarán el próximo septiembre 2º o 4º de la ESO, por ejemplo. Lo dicho: buena idea pero mal organizada.
Si leo el primer artículo que escribí para este blog ahora hace un año, desgraciadamente, puedo repetir algunas de las preguntas que planteaba: ¿Qué optativas se podrán ofrecer? ¿Quién las impartirá? ¿Cuándo las preparará? ¿Alguien perderá horas? ¿Se podrán recuperar con otras asignaturas? ¿Cómo montar los horarios? Y la pregunta clave: ¿saldrán perdiendo, como siempre, los alumnos?
El cambio de color político no ha mejorado la situación, al menos por estos lares. Como el año pasado, quiero que alguien me saque de aquí. Pero esta vez se lo pido a los buenos de U2, "Touch me, take me to another place", cantaban en "It's a beautiful day". Y no es la única letra de canción que me viene a la cabeza. Led Zeppelin también me ofrece una buena analogía. De un clásico de la música a otro de este país:
"There's a lady who's sure all that glitters is gold
And she's buying a stairway to heaven.
When she gets there she knows, if the stores are all closed
With a word she can get what she came for.
Ooh, ooh, and she's buying a stairway to heaven."
(Hay una dama que está convencida de que todo lo que brilla es oro
y está comprando una escalera al cielo.
Cuando llega allí, sabe que si todas las tiendas están cerradas
con una palabra puede conseguir lo que vino a buscar.
Y está comprando una escalera al cielo)
Cuántos políticos, de la vieja escuela o actuales, creen que todo lo que brilla es oro y que, con una palabra que digan, podrán obtener lo que quieren. Sigo adelante en el juego. Plant y los suyos me lo ponen fácil en la siguiente estrofa:
"There's a sign on the wall but she wants to be sure
because you know sometimes words have two meanings."
(Hay una señal en la pared pero ella quiere estar segura,
porque ya sabes que a veces las palabras tienen dos significados.)
A veces las palabras pueden tener dos significados". Por eso me pregunto hasta cuándo seguiremos gobernados por líderes que parecen no haber leído las advertencias de Llull.
Vuelvo al rock. Ojalá, como dice la letra de la canción, todos encontremos pronto la melodía adecuada para acertar con ese músico mago que anuncian. Ojalá sepamos adivinar cuál es el camino correcto y la dama que sueña con el oro descubra a tiempo que debería unirnos una misma armonía. Quizás así consigamos que haya bellos días por delante.
"And it's whispered that soon if we all call the tune
Then the piper will lead us to reason.
And a new day will dawn for those who stand long
And the forests will echo with laughter."
(Y se murmura que pronto, si todos cantamos la melodía,
el flautista nos conducirá a la razón.
Y un nuevo día amanecerá para aquellos que esperan/ resistan
Y el eco de la risa se escuchara en los bosques.)