Un pueblito de Segovia empieza a ganar turistas por el particular color de su castillo
Una fortaleza que sorprende a cualquiera por su peculiaridad cromática.
Segovia es sinónimo de maravillas arquitectónicas y paisajes de ensueño, conocida por sus imponentes monumentos históricos y por sus encantadores pueblos que parecen sacados de un cuento. Entre montañas y llanuras, la provincia ofrece una combinación de tradiciones, naturaleza y cultura que conquista a todos los visitantes. En este entorno mágico, Turégano se consolida como uno de esos pueblos que enamoran por su encanto rural.
En esta localidad segoviana se esconde una de las fortalezas más asombrosas de España, no solo por sus dimensiones, sino por el particular color del que está teñida. Estamos hablando del castillo de Turégano, más popularmente conocido como el ‘castillo rosa’ por el tono de sus piedras. Se trata de una joya arquitectónica que combina historia, cultura y una peculiaridad cromática que la distingue de otros castillos de la región.
Aunque se desconoce el año exacto en el que fue construido, los primeros documentos que mencionan la existencia de este castillo son las actas del sínodo del año 1440. Lo que sí se sabe con certeza es que esta fortaleza se construyó sobre la Iglesia de San Miguel, del siglo XIII, bajo las órdenes del obispo Juan Arias Dávila, quien buscaba defender las rentas y posesiones del obispado.
Un ícono segoviano
Más adelante, entre los siglos XV y XVI se añadieron diversos elementos militares que perfeccionaron la función defensiva de esta increíble iglesia-castillo. De esta manera, se incorporaron muros, acondicionados para la defensa con armas de fuego y reforzados con torres cilíndricas. Así como en 1703 se levantó la espadaña barroca que remata la fachada sur del edificio y que tanto lo caracteriza.
En lo que se refiere a sus funciones, "su uso fue principalmente el ser refugio de Arias Dávila y de su invitado ocasional, Fernando el Católico", según recoge la página web del Ayuntamiento de Turégano. Aunque más tarde también se usó como cárcel episcopal y de Estado, albergando presos como Antonio Pérez, el que fue secretario de Felipe II. Por tanto, esta fortaleza de origen medieval ha sido testigo de importantes episodios históricos.
En 1994, la diócesis de Segovia concedió al Ayuntamiento de Turégano el uso y disfrute del castillo, salvo la iglesia de San Miguel, durante treinta años prorrogables. Por esta razón, hoy en día la fortaleza admite visitantes a un precio asequible de 8 euros por persona, ofreciendo una visita guiada con una duración aproximada de 90 minutos. Así como se ilumina por las noches de viernes a domingo de 22:00 a 23:30 horas.
El ‘castillo rosa’ se ha convertido en un destino predilecto para los amantes de la historia, la arquitectura y la fotografía. Durante las visitas guiadas, los turistas pueden recorrer las diversas estancias, subir a sus torres para disfrutar de las vistas panorámicas y aprender sobre las leyendas locales que envuelven esta singular fortaleza. De esta forma, el castillo de Turégano se consolida como un ícono turístico de Segovia.