Un azafato comparte las reglas no escritas sobre los asientos centrales desocupados en un avión

Es raro, pero a veces pasa. Subirse al avión, tras las horas de espera pertinentes, y que el asiento de al lado en el avión esté libre. Cuando sucede con el que está a cualquiera de los dos lados de las tres filas, no hay duda. Pero, ¿qué pasa si el que se queda sin ocupar es el del centro?

Esta duda la han solventado un asistente de vuelo, de nombre John, y el experto en etiqueta de viajes Dean Foster, autor de The Global Etiquette Guides, en declaraciones a la revista de viajes Travel + Leisure. 

Ambos han comentado distintos escenarios que se pueden dar entre los viajeros de las otras dos filas a la hora de querer hacer uso de este tan cotizado espacio libre. 

Para John, nada tiene que ver el orden de llegada. Este ha precisado a la publicación que, en caso de que un asistente de vuelo, como él, tuviera que mediar en un conflicto por este motivo, daría igual qué pasajero hubiera embarcado antes. 

Ahora bien, a lo que sí ha hecho un llamamiento ha sido a tener en cuenta las consideraciones de seguridad. En este sentido, ha apuntado que no pasa nada si alguien quiere depositar alguna de sus pertenencias en el asiento libre. Ahora bien, "si te encuentras con turbulencias, esa bolsa volará por el aire y podría golpear a alguien", ha apuntado John. 

Hay quien emplea este asiento al máximo. Pero Foster lo tiene claro: "Yo no me movería físicamente hacia él de ninguna manera significativa". Es decir tratar de ocupar este asiento, sin necesidad de levantar los pies o de ponerse en tal postura que se pueda molestar a alguno de los otros viajeros.