Todos los motivos por los que Asturias es un verdadero paraíso natural
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Todos los motivos por los que Asturias es un verdadero paraíso natural

El 30% de su espacio está protegido. Es el hábitat de uno de los mamíferos emblema de nuestro país, el oso pardo. Desde sus costas se pueden avistar 25 especies de cetáceos. Y tiene algunos de los bosques mejor conservados de Europa.

La estrella de la fauna asturiana es el oso pardo. Actualmente en el Principado habitan 131 individuos de los 370 que hay en la Cordillera Cantábrica.TURISMO ASTURIAS

Paraíso Natural. Esos son los apellidos que acompañan a Asturias desde hace más de 30 años, cuando esta comunidad autónoma comenzó a convertirse en abanderada del ecoturismo. Y es que su gastronomía, sus playas, su clima pero sobre todo su explosiva y generosa naturaleza la han convertido en uno de los destinos turísticos preferidos por españoles y extranjeros.

Los que la conocen bien, saben que esta es una tierra de mil caras, que en un pequeño territorio muestra todo un abanico de paisajes y contrastes: desde grandes arenales a soberbios acantilados; desde altos picos de montaña a largos valles salpicados por aldeas; desde extensos praus a espesos bosques de hayas.

Los que aún no la han conocen, además de que ya están tardando en hacer la maleta, se sorprenderán al descubrir a pocos kilómetros de su ciudad, que en esta tierra se organizan expediciones para ver a uno de los mamíferos emblemáticos de la fauna ibérica, el oso pardo, que es uno de los destinos preferidos de los ornitólogos, que desde su costa se pueden ver ballenas, que se conservan huellas de dinosaurios y que tiene algunos de los bosques más valiosos de Europa.

Aquí, algunos de los motivos por los que Asturias tiene bien merecido el título de ser Paraíso Natural.

Un valioso patrimonio ecológico protegido

La gran reserva natural que es Asturias la ha colocado en el primer puesto en cuanto a protección: más del 30% de su territorio tiene algún nivel de protección medioambiental —1 parque nacional, 5 parques naturales, 1 reserva natural integral, 6 reservas naturales parciales, 2 paisajes protegidos y 39 monumentos naturales—, cuando la media del resto de comunidades es del 10%.

Además, presume de atesorar siete reservas de la biosfera —de las 53 que tiene España—, distinción concedida por la UNESCO a los “territorios cuyo objetivo es armonizar la conservación de la diversidad biológica y cultural y el desarrollo económico y social a través de la relación de las personas con la naturaleza”, como las define la Red Española de Reservas de la Biosfera.

En estos espacios, el turista, además de especies protegidas, paisajes fascinantes y sugerentes rutas, encontrará el más claro ejemplo de vida en armonía con el entorno, donde los recursos son aprovechados para enriquecer el paisaje y el paisanaje, donde las jornadas se rigen por el sol y el tiempo, que pasa lento, y la vida se organiza según la estación del año.

De ‘safari’ para ver osos pardos, pero también lobos, rebecos, nutrias...

El avistamiento de animales salvajes en su hábitat es una experiencia fascinante y cautivadora. Y Asturias posee los mejores ingredientes para disfrutar de la contemplación de los grandes mamíferos ibéricos

La estrella es el oso pardo, sin duda, que ha logrado recuperar su población en nuestro país gracias a la Fundación Asturias, la Fundación Oso Pardo y al Fondo para la Reintroducción de Animales Salvajes. Recientes estudios cifran la población en la cordillera en 370 individuos, 131 hallados en Asturias.

Aquí, sus espacios preferidos son los parques naturales de Somiedo y de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias. Para poder deleitarse con la experiencia de ver a los grandes plantígrados en su salsa, ya existen numerosas empresas que organizan salidas para verlos, sin molestarlos.

Pero si a pesar de ello no tienes la suerte de que se crucen en tu camino, los centros de interpretación de la ‘Casa del Oso’, en Proaza, y ‘Somiedo y el Oso’, en Pola de Somiedo, te ayudarán a conocer a este icónico mamífero del norte de España.

El espectáculo del mar, el espectáculo del cielo

Si en tierra, el oso es el gran protagonista, en el Cantábrico que baña las costas asturianas, la ballena, el gran mamífero acuático, es la reina de los mares.

Y es que si los coquetos pueblos pesqueros, como Cudillero, Llanes, Luarca o Ribadesella, han sido uno de los grandes atractivos turísticos de la costa de Asturias, ahora tienen que compartir notoriedad con las 25 especies de cetáceos —ballenas, delfines y marsopas— que surcan su mar y que, sean residentes o estén en paso migratorio, quieren dejarse ver. Entre las principales especies observables se encuentran el delfín común, el delfín listado, el delfín mular, el calderón común, el calderón gris, la marsopa común, el cifio de Cuvier, el rorcual aliblanco, y el rorcual común. Pero también se pueden llegar a avistar especies raras como la ballena azul, la ballena jorobada, el cifio de Sowerby, la orca, el delfín atlántico y hasta la ballena franca glacial, la falsa orca o el delfín de pico.

Dos de las mejores zonas para avistar cetáceos, especialmente delfines de diferentes especies y calderones, son el cañón de Llastres y, a 65 kilómetros de la costa de Ribadesella, la espectacular reserva marina del Cachucho.

De la misma manera que el mar de Asturias ha tomado protagonismo entre los amantes de la naturaleza, las aves que surcan sus cielos llevan tiempo despertando el interés de los ornitólogos. Y no es para menos porque cerca de 400 especies de aves sobrevuelan sus paisajes, con 13 ZEPAS (Zona de Especial Protección para las Aves) que se distribuyen de este a oeste y de interior hasta la costa.

Aves acuáticas, como gaviotas, garzas o cormoranes; aves de bosque, entre los que destacan el pájaro carpintero y el urogallo; y aves rapaces, como el águila pescadora, el águila real y el quebrantahuesos son las especies a las que los visitantes quieren seguir la pista.

Hayedos, robledales y otros bosques de gran valor

El valioso inventario faunístico asturiano no sería posible sin una diversidad vegetal, sin una flora que se constituya en su perfecto ecosistema, que al mismo tiempo depende de una especial situación geográfica y de su clima atlántico.

El resultado se traduce en una alta biodiversidad de flora: 200 especies de algas, más de 2.500 taxones de hongos macromicetos, unas 1.000 especies de líquenes, más de 600 especies de briófitos y alrededor de 2.200 especies de plantas vasculares autóctonas.

Las joyas de la corona para el turista son los bien conservados bosques, especialmente los robledales de roble albar y los hayedos. El bosque de Muniellos, el mayor y mejor conservado robledal de España y uno de los más extensos de Europa, y el de Peloño, con sus más de 200.000 árboles, son dos claros ejemplos de ello.

Además, están declarados Monumento Natural las siguientes formaciones boscosas: el alcornocal de Boxo —en Allande—, las Saucedas de Buelles —en Peñamellera Baja— y la Carbayera de El Tragamón —en Gijón—. También destacan, como ejemplos sobresalientes de la región, árboles como el Carbayón de Valentín —en Tineo—, el Carbayón de Lavandera —en Gijón— y los tejos de Pastur —en Illano—, de Santa Coloma —en Allande—, sw Lago —en Allande— de Salas —de Salas—, de Bermiego —en Quirós—.

Recorrer en 27 etapas lo mejor de la naturaleza asturiana

Hay un sendero de Gran Recorrido, el El GR 109, que atraviesa Asturias de este a oeste, y está diseñado para acercar al senderista al medio natural, promoviendo el conocimiento de la naturaleza y los paisajes, así como el desarrollo rural.

El itinerario parte de Panes, finaliza en Santa Eulalia de Oscos, y atraviesa una gran variedad de paisajes espectaculares, desde las cumbres y los pastos de alta montaña hasta los extensos prados y pastizales de los numerosos valles de la región. Además, el Camino Natural se adentra en el Parque Nacional de los Picos de Europa, en el Parque Natural de Redes, en la Reserva de la Biosfera Oscos-Eo, o el Parque Natural Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias.

El itinerario se extiende más de 600 kilómetro y se divide en 27 etapas.

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Mila Fernández es redactora de LIFE en 'El HuffPost' y editora de branded content. Antes, fue redactora de estilo de vida y gente en revistas femeninas —AR, LOVE y SMODA—, dirigió la revista Turismo Rural y trabajó delante del micro en Radio España. Puedes contactar con ella en mila.fernandez@huffpost.es