Roma inaugura la nueva Fontana di Trevi y amenaza con multas a los que sigan tirando la moneda
Los visitantes ahora deben lanzar su moneda en una “piscina” especial, mientras recorren una pasarela que les permite observar la icónica fuente desde cerca.
La Fontana de Trevi ya se puede ver más cerca, aunque para hacerlo hay que seguir unas normas de comportamiento que, en el caso de los rituales más populares que hacen los turistas cuando visitan uno de los puntos más populares de Roma, ya que la visita puede acabar con una cuantiosa multa. La famosa fuente, joya del barroco romano, es una meta turística por la que pasan al día casi 12.000 personas, según fuentes del Ayuntamiento.
El pasado sábado se abría al gran público una polémica pasarela que permite observar de cerca el trabajo de restauración de uno de los monumentos más emblemáticos de Roma, un experimento que, de paso, permitirá estudiar la posibilidad de aplicar una entrada de pago y que ha provocado también un intenso debate entre los comerciantes de la zona.
"La perspectiva es realmente espectacular", dijo el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, mientras caminaba por la peculiar instalación el día de la inauguración, que "permitirá un disfrute verdaderamente único incluso durante estas importantes y necesarias obras de mantenimiento". La pasarela llega acompañada también de otra controvertida instalación en la fuente durante los trabajos de restauración: una especie de bañera para que los turistas cumplan con la tradición de lanzar una moneda mientras la fuente sigue vacía.
Los comerciantes piden que se retire
Los comerciantes de la plaza de la Plaza de Trevi creen que la estructura de metal daña la monumental obra del Barroco integrada en la fachada renacentista del Palazzo Poli y por eso tienen previsto reunirse con el concejal de Turismo de la capital, Alesandro Onorato, y la de Comercio, Monica Lucarelli, para pedir que se retire. "No estamos de acuerdo con la pasarela porque, como se puede ver, es muy feo y tenemos miedo a que estropee la fuente", dice Alessandra Ciotti, titular de la Farmacia Pesci, la más antigua de Roma, a la Agencia EFE.
Las tiendas y negocios también se muestran "preocupados por el futuro cierre" y quieren "más diálogo con el Ayuntamiento", que se escuchen sus "sugerencias" porque aunque entienden que "es necesario hacer algo para contener el turismo", debe "contar con el acuerdo de todos", explica la farmacéutica. Gualtieri cree que "se equivocan" porque la pasarela permitirá "que sigan viniendo los turistas aunque haya obras", al tiempo que alertó de que se multará a quien tire monedas a la fuente vacía desde la pasarela o coma al recorrerla.
Según Il Gazzettino, la sanción por hacerlo puede ser de 50 euros. Y el alcalde de Roma defendió también la decisión de destinar todas las monedas que se rescaten de la piscina a un fin benéfico, señalando que, en solo una semana, de la bañera han recaudado cerca de 10.000 euros, suficientes para donar más de mil comidas a personas necesitadas.
La polémica pasarela también permitirá al Ayuntamiento estudiar su plan para regular el número de turistas que visiten el monumento y valorar si finalmente se cobrará por acceder a las escaleras que conducen hasta la fuente. Desde ahora limitará la entrada a la plataforma a entre 100 y 130 personas aproximadamente, aunque esa cifra puede variar, para que pueden observar a la vez los detalles del conjunto escultórico dominado por la imponente representación del mar de la Fontana, levantada en 1762 sobre uno de los acueductos de la antigua Roma por el papa Clemente XII.
La estructura estará abierta de 9 a 21 horas todos los días, con horario reducido los lunes y viernes. El objetivo, también, es "estudiar una mejor gestión del flujo de turistas y evitar las constantes aglomeraciones", aseguró el concejal de turismo romano durante la presentación del proyecto hace unas semanas.
"Una experiencia diferente"
Los turistas, en general, se muestran sorprendidos por la visión que les proporciona la pasarela, como Maximiliamo, un profesor de historia argentino, dijo a la Agencia EFE que la había "criticado mucho" por la estética, pero que ver así la Fontana había sido "una experiencia diferente al permitir acercarse al famoso océano". Aída, de Azerbaiyán, estaba entusiasmada porque ha sido "impresionante estar tan cerca", mientras que el colombiano Alexander la prefiere “sin pasarela y con agua” porque aunque así se ve “un poco mas cerca, se pierde la gracia”.
Las labores de restauración que comenzaron el 7 de octubre deberían finalizar, según prevé el Ayuntamiento, antes de que comience el próximo 24 de diciembre el Jubileo, un año santo en el que se espera que unos 30 millones de peregrinos lleguen a Roma, la ciudad más visitada de Europa en 2023 con 50 millones de turistas.
Tras las obras, se desinstalará la pasarela, pero se mantendrá un sistema de contención inicialmente gratuito para evitar las aglomeraciones en el monumento, escenario de una de la famosa escena de la película Dolce Vita de Federico Fellini, que podría terminar por ser definitivo. La polémica en torno a la Fontana di Trevi nació hace unos meses cuando el concejal de Turismo de la capital planteó que los visitantes pagaran 2 euros por entrar a las escaleras y conseguir un turismo más “responsable, lento y que respete la ciudad y que los turistas tengan un recuerdo positivo”, señaló Onorato. Si se adopta, la entrada de pago podría estar operativa la próxima primavera.
No es la primera vez que una pasarela cruza el vaso de la Fontana de Trevi, también se colocó durante los casi 17 meses de su última limpieza, que concluyó en noviembre de 2017 con el mecenazgo de la firma romana Fendi, que en 2016 celebró sus 90 años de historia con un desfile sobre sus aguas dirigido por Karl Lagerfeld.