Por qué llevarte piedras de la playa no es precisamente una muy buena idea
Tienen su función natural.
En los últimos veranos varias ciudades y pueblos del norte de España han denunciado que los turistas están empezando a mover las piedras y apilarlas sobre los arenales, además de llevárselas a casa. Es algo que también sucede en Inglaterra, donde han comenzado a tomar medidas al respecto.
En Cumberland, en el norte del país, han anunciado que comenzarán a multar con sanciones de hasta 1.200 libras a las personas que retiren las piedras de las playas y se las lleven.
Las piedras de diferentes tamaños que pueblan diferentes arenales no son decorativas, tienen una función dentro del ecosistema y de cómo funcionan las playas, ayudando a reducir la erosión provocada con las olas e incluso prevenir las inundaciones. Si estos sedimentos disminuyen, los riesgos son mayores, algo nada recomendable en plena crisis climática.
Si las piedras y los sedimentos desaparecen de manera generalizada se puede transformar el ecosistema natural de la playa y esta puede dejar de ejercer de barrera natural frente al oleaje. Las olas mueven las piedras a diferentes zonas de la playa, en algunas estaciones más hacia dentro y en otras más hacia fuera.