Las casas a 1 euro son un farol: "Compramos una masía por 29.000 euros y somos más felices"
Una pareja extranjera narra en primera persona su experiencia con el comentado plan de varios municipios italianos.
¿Casas a 1 euro? Suena a estafa, cuando menos a truco. Pero ese reclamo les generó interés a Callie y su marido, una pareja que decidió mudarse a Italia hace poco.
Este programa no era una estafa, sino un plan lanzado por municipios italianos para revitalizar pueblos en decadencia y con una profunda crisis demográfica, lo que les lleva a tener que buscar nuevos vecinos casi a cualquier precio.
"Éramos jóvenes, perfectos para el programa, pero cuanto más aprendíamos sobre él, más parecía un riesgo", explicó Callie a Business Insider, que se ha hecho eco de su caso.
Sin embargo, si en España se dice que nadie da duros a pesetas, así que, algo parecido puede ocurrir en el país transalpino. Diferentes testimonios daban prueba de que esas 'casas a 1 euro' presentaban numerosos problemas.
Estructuras ruinosas, costosísimas obras necesarias para hacer viables algunas casas y hasta cláusulas contractuales difíciles de mantener para una pareja joven recién llegada a uno de estos pequeños municipios.
Entre ellas, añaden medios italianos, cuestiones como tener que abrir un negocio en el pueblo, terminar las obras en menos de seis años o no poder dejar la casa seis meses al año.
Ante las dificultades, la pareja de foráneos optó por una solución algo menos arriesgada. Pagaron 29.000 euros por una masía de casi 300 metros cuadrados en Sant'Elia a Pianisi, un pueblo de montaña en la mitad sur del país. Casi una hectárea de terreno completaba la oferta para una casa "prácticamente lista para ser habitada".
Esta localidad de apenas 1.000 habitantes sorprendió positivamente a la pareja por la vida social, festival y cultural que tiene.
"Nuestros vecinos nos recibieron con regalos de quesos caseros, granadas y calabazas de su huerto. No podríamos pedir nada mejor", afirma Callie al citado medio, presumiendo de haber acertado en otro aspecto clave, contratar a un abogado inmobiliario experto en ventas internacionales .
"En el nuestro nos gastamos 6.500 euros, pero nos hizo el proceso sumamente fluido, traduciendo documentos y reduciendo riesgos", remata.