La villa de Cádiz que ha decidido inmortalizar a sus vecinos con sus caras por todas sus calles
Una iniciativa pionera en la región que celebra la identidad local.
Muchas localidades alrededor del mundo han encontrado en el arte una forma de embellecer y dar vida a sus calles, ya sea a través de grafitis vibrantes, esculturas originales o elementos arquitectónicos únicos. Estas manifestaciones artísticas no solo decoran cada rincón, sino que invitan a los transeúntes a sumergirse en un recorrido visual por sus calles. Sin embargo, hay una villa gaditana que ha llevado esta práctica a un nivel nunca antes visto.
Estamos hablando de Rota, un municipio de Cádiz que ha encontrado una forma original y conmovedora de rendir homenaje a sus habitantes. El casco histórico de la villa ahora está decorado con macetas que llevan los rostros de algunos de sus vecinos más populares y queridos. Esta iniciativa, pionera en la región, ha sido impulsada por el Ayuntamiento con el objetivo de celebrar la identidad local y fortalecer el sentimiento de comunidad.
Estas macetas personalizadas no solo embellecen el paisaje urbano, sino que también sirven como un tributo a todas aquellas personas que han dejado de una forma u otra una huella en la comunidad de esta localidad costera. Ya sea por su implicación social, su larga trayectoria en el municipio o simplemente por ser un rostro querido, estas manifestaciones artísticas son una forma original de rendirles homenaje.
Cada maceta es única
El autor de estas famosas macetas es el artista jerezano Julio Malvido, quien lleva ocho años detrás de esta iniciativa. Fue en 2016 cuando se ofreció a inmortalizar la cara de Juan Ramón, el propietario del hostal 7 Escalones y uno de los vecinos más queridos de la localidad. Fue este quien convenció a otros habitantes de la calle Luis Vázquez para que se sumaran al proyecto. De hecho, su establecimiento puede servir como punto de partida para descubrir el resto de macetas que se esconden por el casco histórico.
Hoy en día son más de 70 los tiestos policromados con rostros que decoran esta pequeña villa llena de casas encaladas en blanco. Eso sí, todos y cada uno de ellos son diferentes, con unos rasgos que singularizan la pieza y la hacen única. Para ello, Julio Malvido saca moldes en escayola de los rostros y luego los rellena con barro para posteriormente pintarlos de colores vivos. Luego, los retratados eligen la planta con la que adornar la curiosa maceta.
La mayoría de las piezas se encuentran en los alrededores del Castillo de Luna, aunque realmente si te adentras en su casco histórico es muy fácil dejarte sorprender por estos peculiares elementos decorativos. El trabajo del artista Malvido ha conseguido cierta repercusión a nivel internacional, ya que numerosos turistas de Alemania, Reino Unido, Dinamarca y Francia alaban sus obras compartiendo fotografías en sus redes sociales.
Con esta innovadora iniciativa, Rota no solo refuerza su identidad local y su sentido de pertenencia a una comunidad, sino que también atrae a curiosos que desean descubrir un rincón de Cádiz donde el cariño que se tienen sus vecinos se vive y respira en cada calle, dejando una huella imborrable en quienes la visitan.