La ‘isla del tesoro’ española a la que solo se puede llegar a pie
Fue cobijo de piratas, un importante punto de defensa militar, con fuerte y muralla, y un enclave religioso alrededor de la ermita de San Nicolás de Bari.
España es una verdadera exhibición de paisajes naturales y rincones casi sin descubrir que hacen las delicias de los turistas que huyen de la masificación y de las colas.
La costa cantábrica es precisamente uno de los lugares que más sorpresas deparan: pueblos escondidos, paradisíacas playas casi desiertas, parajes salvajes en los que la mano del hombre apenas se deja ver... e islas del tesoro.
Y sí, decimos bien porque frente a la turística villa marinera de Lekeitio (Vizcaya) emerge una isla en la que excavaciones llevadas a cabo en los últimos años han sacado a la luz monedas de los siglo XIV y XV, huesos y proyectiles de las guerras carlistas. No obstante, este islote conocido como isla de Garraitz o San Nicolás, fue cobijo de piratas, un importante punto de defensa militar, con fuerte y muralla, y un enclave religioso alrededor de la ermita de San Nicolás de Bari.
Acceso restringido a capricho del mar
Cuenta la historia de Lekeitio que hasta ella también llegaban las mujeres para hacer fuego y guiar a los barcos en las noches más oscuras. Claro que esto sólo se podría hacer las noches de marea baja.
Porque otra de las peculiaridades que hace de Garraitz un lugar mágico es que a este islote solo se puede llegar caminando y a capricho del mar: cuando hay marea el camino de rocas que dirige hasta allí queda oculto por el agua y no hay manera de poder pasar hasta la isla.