La isla blanca que planta cara a Canarias oculta una cristalina piscina natural "calentada por la energía de la Tierra"
El azul cristalino del agua choca con el oscuro de la roca volcánica, haciendo de este enclave uno de postal.
La población canaria, en el último año, ha exigido una serie de modelos turísticos que sean más sostenibles. El propósito principal detrás de sus iniciativas no es otro que poner fin a la masificación de las mismas. Estas han trascendido hasta la prensa internacional, que ha llegado a bautizar como "las nuevas Canarias" a las islas portuguesas.
Así ha pasado con Cabo Verde, aunque, en el interior de las fronteras lusitanas se encuentran las Azores. Este archipiélago está conformado con varias islas que destacan por diversos motivos. En el caso de Graciosa, es por sus piscinas naturales.
"Imagínate sumergirte en aguas cristalinas, calentadas por la energía de la Tierra", recoge el portal especializado en meteorología Meteored. Y todo ello, a la par que se pueden observar las formas que conjugan las rocas, "que parecen haber sido esculpidas por artistas de la naturaleza", añade.
El enclave al que se refieren son las Termas do Carpacho. El ya citado portal web afirma que estas pozas son el resultado que la acción volcánica ha hecho a lo largo de los siglos. Poco a poco, ha ido formando distintos refugios pequeños de aguas claras, pero también tranquilas.
Uno de los motivos detrás de que este lugar resulte de ensueño tienen que ver con el contraste de colores. El azul cristalino del agua choca con el oscuro de la roca volcánica, haciendo de este enclave uno de postal.
Además, estas aguas termales se mezclan con el océano. Y la temperatura, que es de lo más agradable, puede llegar a alcanzar los 35ºC. Ideal para un baño, o más.