La fortaleza militar más grande del mundo está a media hora de España y custodia siglos de historia

Portugal es nuestro vecino, lo tenemos a tiro de piedra y hay tantas similitudes entre nuestros idiomas que entenderse con su gente es sencillo. Por eso, debería ser un must en nuestros destinos turísticos y, aún así, se nos resiste. Por si no hay ya razones suficientes para que te des un paseo por el oeste de nuestra Península Ibérica, aquí te añadimos una más: cuenta con la fortaleza militar más grande del mundo, que puedes visitar a media hora de la frontera común. 

Entre la infinidad de monumentos que ofrece el país, la fortaleza de Elvas y el conjunto de guarniciones fronterizas de la localidad (16.000 habitantes) destacan por su carácter único, lo que les ha valido la protección de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que desde 2012 tiene la zona en su lista de Patrimonio Mundial. Es el conjunto fortificado más grande en su tipo a nivel mundial, con 10 kilómetros y siete baluartes pensados para defender la ciudad que se encuentran en un impresionante estado de conservación. Allí la historia no se imagina, porque se puede ver. 

Según explica la UNESCO, el sitio contiene fortificaciones de los siglos XVII a XIX. Dentro del recinto amurallado hay barracones, fosos, cuarteles y otros edificios militares, así como iglesias y monasterios. Una ciudad en miniatura en la que pertrecharse si llegaba el peligro. 

Aunque Elvas tiene vestigios arqueológicos del siglo X, la construcción de sus fortificaciones comenzó con la independencia de Portugal, en 1640, una etapa en la que todo el Alentejo, la región en que se enclava, jugó un papel fundamental. 

Diseñadas por el jesuita holandés João Piscásio Cosmander, son el mejor ejemplo todavía existente de la escuela holandesa de fortificación en todo el mundo. El sitio incluye también el acueducto de Amoreira, construido para que la fortaleza soportara largos asedios sin carecer de agua.

Por encima de todo, destaca la fortaleza amurallada con forma de estrella -de esas tan revolucionarias que se pintaban en el superventas Victus-, que es uno de los lugares más espectaculares que puedes visitar en Portugal y está a pocos minutos de Badajoz. Más te pasas a diario en un atasco. 

Esa fortaleza data de los siglos XVII y XVIII, junto a una línea de defensa interior, de entre siglos XII, XIV y XVII. 

En los alrededores se encuentran pequeñas elevaciones y colinas donde se emplazaron dos imponentes fuertes, Gracia (datada en el siglo XVIII) al norte, y Santa Lucía (del siglo XVII) al sur, completando el sistema defensivo y otorgando a Elvas una apariencia invulnerable. 

También cuenta con fortificaciones auxiliares de menor escala, consolidando así el conjunto fortificado y seco como el más grande en su tipo a nivel mundial.

El fuerte de Gracia, con su particular forma de estrella, es considerado por muchos historiadores como una de las fortalezas abaluartadas más imponentes del mundo. Construido sobre los restos de la ermita de Nuestra Señora de Gracia (financiada con los fondos de la bisabuela de Vasco da Gama), domina la ciudad de Elvas desde su punto de más alto. 

Ya como fuerte, se levantó por iniciativa de un importante militar de Bohemia, Guillermo de Schaumburg-Lippe, al que D. José I y el Marqués de Pombal habían encargado comandar el ejército luso a finales del XVIII. Veníamos de la batalla de las Líneas de Elvas, cuando las tropas españolas irrumpieron en la zona y acabaron con la ciudad. Esto fue lo que llevó a construir un espacio invencible para no repetir la historia y ser capaz de resistir al ejército español. 

Tras 30 años de penosas obras, se acabó una de las mejores fortalezas construidas hasta el momento en Europa, y una de las pocas que puede presumir de no haber sido nunca tomada por un ejército enemigo: un espacio amurallado con cuatro vértices, rodeado por tres líneas de defensa, un foso de 1o metros y una torre octogonal que albergaba una capilla, la Casa del Gobernador y varios cuarteles.

En el siglo XX,  antes de que llegaran los turistas, esta fortaleza sirvió como cárcel para los presos políticos de la dictadura.

La segunda gran fortaleza de Elvas es este Fuerte de Santa Lucía que domina la ciudad al otro lado del Fuerte de Nuestra Señora de Gracia, y que cuenta con una construcción central de planta rectangular rodeada de cuatro baluartes en punta que le igualmente le confieren, vista desde el aire, forma de estrella. Con espacio para 25 cañones, el Fuerte de Santa Lucía cuenta con tres fosos y daba espacio hasta a 400 soldados, expone el organismo de Naciones Unidas. 

Pero hay más cosas por ver. Si por algo es famosa esta pequeña ciudad de Portugal es, también, por su gran acueducto, el de Amoreira, que sorprende por su extensión y tamaño. El acueducto de Elvas traviesa buena parte de la ciudad pero no, no es romano. Fue construido entre los siglos XV y XVII con la intención de asegurar el abastecimiento de agua de esta ciudad convertida en fortaleza y enclave estratégico de la conflictiva frontera luso-española. 

El Acueducto de Amoreira constituye una inmensa obra de ingeniería que merece la pena recorrer, pese a que no sea tan antiguo como se pueda creer en un primer vistazo. 

Ya que te acercas, puedes ver también las murallas de Elvas, de origen medieval, cuando se construyeron las primeras fortificaciones de la ciudad, o el cementerio de los ingleses, a los pies del Castillo de Elvas, con tumbas de algunos soldados ingleses que murieron luchando junto a los portugueses y españoles en la batalla de Albuera, librada contra con las tropas napoleónicas durante la Guerra de Independencia. 

El museo militar de la ciudad, al fin, te ayudará a poner contexto a todos estos monumentos.