La exuberante cascada que aguarda a 1 hora de Barcelona que parece salida de la selva
Un paraíso natural escondido entre la vegetación.
Cuando los termómetros suben, la búsqueda de destinos refrescantes y cercanos se vuelve en una prioridad para muchos. Si vives en Barcelona o sus alrededores estás de suerte, porque la región esconde muchas joyas naturales que se pueden visitar para huir del sofocante calor y disfrutar de un ambiente relajado lejos del bullicio de la ciudad. En las afueras del Área Metropolitana podemos encontrar todo tipo de rutas y escapadas aptas para todos los públicos.
En concreto, hay un rincón del Principado de Cataluña que alberga una de las mejores cascadas de toda España. Se trata de la conocida como Cascada de las Brujas, un salto de agua situado entre las comarcas de Bages, el Berguedà y Osona. A escasos kilómetros del municipio de Ripoll y a tan solo una hora de trayecto desde el centro de la ciudad, esta maravilla natural destaca por su exuberante vegetación y sus aguas cristalinas.
El origen del nombre
Este paraje natural se ha ganado su nombre gracias a las leyendas locales que se han ido transmitiendo con el paso del tiempo de generación en generación. Según cuenta el mito, este es el sitio donde se torturaba a las brujas en épocas pasadas, además de ser uno de los lugares predilectos de estas hechiceras para realizar sus conjuros y rituales.
Hoy en día la cascada sigue siendo un lugar de ensueño y misterio para los más amantes de este tipo de historias. Cuenta con un nombre popular que añade cierto toque de misterio a su encanto natural, el cual cada vez atrae a un mayor número de excursionistas que optan por bañarse en sus cristalinas aguas después de sus respectivas expediciones.
La ruta hacia la cascada
Para llegar a la Cascada de las Brujas, los viandantes deben seguir una ruta que arranca en Sant Joan de les Abadesses. Un sendero de pocos kilómetros que cuenta con varias fuentes de agua provenientes de afluentes de la riera de Malatosca que terminan en cascadas y pozas aptas para el baño de aquellos más aventureros. Una forma también de refrescarse cuando las temperaturas aprietan más de lo normal.
El recorrido es de dificultad moderada y apto para todas las edades, aunque requiere de un poco precaución en algunas partes debido a su terreno irregular y resbaladizo. Ahora bien, merece la pena ya solo por la biodiversidad de la zona, con una gran variedad de plantas y aves que hacen que el camino sea una experiencia cuanto menos estimulante para la vista. Un destino lleno de magia que no deja indiferente a nadie.