La diminuta y paradisíaca isla canaria que sólo recibe turistas 4 horas al día
La isla de Lobos es un destino lleno de belleza y rico en biodiversidad.
La isla de Lobos, situada a dos kilómetros al noreste de Fuerteventura, es un verdadero paraíso en medio del océano Atlántico. Con una superficie de 4,68 kilómetros cuadrados, este islote es uno de los espacios naturales más impresionantes de las Islas Canarias.
La isla de Lobos debe su nombre a la gran cantidad de lobos marinos, también conocidos como focas monje, que solían habitar en la isla. Aunque estos animales ya no se encuentran en la isla, su legado perdura en el nombre y la historia de Lobos.
Esta isla es famosa por su biodiversidad, siendo hogar de más de 130 especies de plantas, incluyendo varias endémicas de las Islas Canarias. Además, es un importante lugar de anidación para una variedad de aves marinas.
El paisaje de la isla es igualmente impresionante, con sus playas de arena blanca, sus aguas cristalinas y su terreno volcánico. El punto más alto de la isla se encuentra en La Caldera, también conocido como El Filo La Herradura, que cuenta con 127 metros de altitud. Se trata de un volcán extinto que ofrece vistas panorámicas de la isla y sus alrededores.
A pesar de su belleza natural, la isla de Lobos no está abierta al turismo masivo. Para preservar su ecosistema, el gobierno de Canarias limita el número de visitantes a 200 por día. Además, los visitantes solo pueden permanecer en la isla durante un máximo de cuatro horas.
Aunque el tiempo en la isla es limitado, hay mucho que hacer en Lobos. Los visitantes pueden explorar el faro de Lobos, caminar por los senderos de la isla, nadar en sus aguas turquesas o simplemente relajarse en la playa.
Historia de este rincón paradisíaco
Además de su rica biodiversidad y su paisaje, la isla de Lobos también tiene una rica historia. Fue uno de los primeros lugares del archipiélago en ser habitado por los aborígenes, y ha sido un importante puerto de pesca a lo largo de los siglos. Recientes investigaciones arqueológicas realizadas por un equipo de la Universidad de La Laguna demuestran que los romanos establecieron un asentamiento al menos estacional en la isla para obtener el preciado tinte púrpura. Según las dataciones cronológicas de las cerámicas de las ánforas, este asentamiento romano tuvo uso industrial durante casi dos siglos, aproximadamente desde el I a.C. hasta el siglo I d.C.
Después de la ocupación de las Islas Canarias, el islote fue utilizado para cazar lobos de mar y como refugio de piratas. El nombre de la isla se debe a que en el pasado habitaban en la isla la foca monje (Monachus monachus), también conocidas como lobos marinos, ahora en peligro de extinción. Los pescadores eliminaron la especie, ya que pensaban que su voracidad reducía los recursos marinos de la zona.
¿Cómo llegar a la isla de Lobos?
A este pequeño rincón de Canarias sólo podrás llegar a través del mar. Lo más habitual es salir desde Fuerteventura y coger un ferry desde Corralejo. Dada su cercanía a la isla majorera, el trayecto tiene una duración aproximada de 15 minutos.