La ciudad española que logró 'conquistar' a Putin: es considerada la 'Santorini' de la península
El mandatorio ruso se dejó encandilar por la belleza natural y el buen clima de esta localidad alicantina.
Con el verano a la vuelta de la esquina, ya serán varios los que estén planificando el destino donde van a pasar esos merecidos días de descanso. Junio se posiciona como el mes para mirar viajes, hacer las primeras reservas de hotel y los vuelos en busca de una buena ganga en un lugar apetecible, siempre que el bolsillo lo permita.
Para los que este año prefieren apretarse algo el cinturón, han descartado cualquier destino extranjero y optan por disfrutar del clima de sol y playa que sobresale en España, la ciudad alicantina de Altea es de las que entran dentro de la baraja de opciones.
Tal es su atractivo que fue la localidad que escogió Putin para pasar unas vacaciones. El mandatario ruso se dejó encandilar por las maravillas que encierran las playas españolas y más concretamente las de la costa de la Comunidad Valencia. Se alojó en una lujosa villa situada a escasos 50 kilómetros de Alicante, en la sierra de Bernia, en la comarca de la Marina Baja, detalló El Español.
Un destino muy demandado por los rusos
Desde la misma, Putin pudo contemplar grandes vistas a playas por Albir, pese a que la mayor parte del tiempo de su estancia lo dedicó a recorrer Altea, sus playas y calas tan destacadas como la zona del Cap Negret o Cala del Soio, entre otras.
Altea sobresale por tener entre sus gentes a altos cargos de la aristocracia rusa. Las condiciones climáticas de su país de origen hacen que vean el calor propio del Mediterráneo un oasis donde disfrutar además de la buena gastronomía que brinda la Comunidad Valencia. Tanto es así que gran parte de su población es natural de Rusia y una de las zonas, bautizada como 'Altea Hills', está habitada por magnates rusos que lucen coches de lujo y yates.
Asimismo, Altea alberga la iglesia ortodoxa rusa más antigua del país, la cual contó con algunas trabas burocráticas. En 1996 se propuso el primer diseño de la parroquia, que no contó con la aprobación del ayuntamiento. Los rusos que habitaban Altea pidieron su registro en la Patriarcado de Moscú, que también mostró su negativa. No fue hasta 1999 cuando se contó con el permiso para su construcción, concedido por el Patriarcado de Constantinopla.