La aldea de Valencia con calles teñidas de blanco y azul que te transportará a Marruecos

La aldea de Valencia con calles teñidas de blanco y azul que te transportará a Marruecos

La oportunidad de descubrir otras culturas sin viajar muy lejos.

Chelva (Valencia).Getty Images

Chaouen es una de las ciudades más encantadoras y visitadas de Marruecos. Famosa por sus estrechas calles empedradas y sus casas pintadas en distintas tonalidades de azul, esta joya del Rif atrae a viajeros de todo el mundo en busca de paisajes únicos y un ambiente relajado. Sin embargo, no es necesario viajar tan lejos para disfrutar de una experiencia similar, ya que España alberga un municipio que consigue recrear este aire mágico.

Estamos hablando de Chelva, un pintoresco pueblo del interior de la provincia valenciana, cuyo casco histórico está decorado con tonos de azul de blanco y azul que recuerdan mucho a la icónica localidad de Marruecos. Además, en este pueblo de calles estrechas y empinadas llegaron a convivir hasta tres culturas distintas en el siglo XIV: la musulmana, cristiana y judía. Esta convergencia se refleja hoy en día en su arquitectura singular.

La influencia árabe se puede apreciar en el barrio de Benacacira, con sus estrechas y casas encaladas que reflejan el pasado islámico de la región. Por otro lado, el barrio de Azoque es el vivo testimonio de la herencia judía, al igual que lo es el de Arrabal para la religión cristiana. Cada uno de ellos con su arquitectura y peculiaridades propias que en su conjunto muestran la convivencia histórica de las diferentes culturas. 

¿Por qué de color azul?

Más allá de asemejarse a la aldea marroquí de Chaouen, también conocido como Chefchaouen, los tonos blancos y azules que adopta este rincón valenciano estaban originalmente pensados por un motivo: ahuyentar el calor y los mosquitos que tanto molestan en los meses de verano. Es por ello que a esta localidad de Valencia se la conoce popularmente como la ‘Perla Azul’, además de la ‘Ruta de las Tres Culturas’.

Además, en Chelva podemos encontrar auténticos tesoros arquitectónicos que no dejarán indiferente a nadie, como la Iglesia de los Ángeles del siglo XVIII, la Ermita de Santa Cruz del siglo XIV o la Mezquita de Banaeça. Esta villa esconde tantas maravillas con un rico legado histórico y cultural que fue reconocida como Bien de Interés Cultural (BIC), ostentando la categoría de Conjunto Histórico. 

También es reseñable el entorno natural en el que se enmarca este “Marruecos español”, con rutas de senderismo aptas para todos los públicos, como la Ruta del Agua que recorre las orillas del río Tuéjar. Una parada obligatoria para los amantes de la naturaleza y los paisajes únicos en destinos poco convencionales.

Así, este pueblo valenciano se posiciona como un referente en turismo rural y cultural, sorprendiendo con su aire mediterráneo y su toque exótico a todo aquel que lo visita. Sus calles teñidas de blanco y azul ofrecen una sensación casi idéntica a la de pasear por el emblemático Chaouen, pero mucho más cerca de casa y con la comodidad de hacerlo desde un ambiente nacional al que estamos más acostumbrados.